La escultora Emily Williams convierte su profunda apasión por la biología y afición por la cristalería en una increíble fusión entre el arte y la ciencia, que se plasma en su serie de arrecifes de coral creados mediante soplado de vidrio. Williams trabaja a partir de fotografías macro submarinas, colgando en primer lugar las imágenes ampliadas tras su mesa de trabajo para luego pasar varios días moldeando el cristal grueso con un soplete hasta crear las estructuras de soporte donde se enmarcan sus piezas. A continuación va rellenando los detalles más delicados con varillas de 3 mm de vidrio borosilicato resistente al calor, que se adaptan a estas estructuras más detalladas de sus complejos organismos. "El reto es crear formas extremadamente delicadas y detalladas", explica a The Creators Project, “lo que requiere un gran nivel de precaución y mucho tiempo".
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Williams se inspira en viejos científicos como Leopold y Rudolf Blaschka, que en el siglo XIX documentaron medusas, anémonas de mar y pulpos con esculturas de cristal con un alto nivel de detalle. "Creo que son las mejores esculturas que se pueden encontrar. Nunca me canso de admirarlas", confiesa. Además de modelar a partir de fotos que le envían agricultores de coral, también se diseña a partir de las detalladas ilustraciones y diagramas del biólogo del siglo XIX John Ellis.
Williams heredó su pasión por la ciencia de sus padres, con quienes recorrió varios parques nacionales por todos los Estados Unidos en una caravana, y también de su abuela, docente en el instituto Smithsonian, que le descubrió arte y exposiciones de ciencias de todo el mundo. Ahora la escultora utiliza su plataforma para intentar protejer el mundo que le ha mantenido fascinada durante mucho tiempo. "Quiero utilizar mi trabajo para llamar la atención sobre la situación crítica de los arrecifes de coral en todo el mundo", dice. "Me gustaría publicar un libro sobre mi trabajo de arrecifes de vidrio y donar parte del precio de venta a una organización dedicada a la restauración de coral".Mientras una parte de su cerebro piensa en el impacto que podría tener su arte, la otra considera su forma de hacerlo evolucionar. Además de añadir color a sus obras, le gustaría ampliar su repertorio con la creación de organismos terrestres: "He estado pensando mucho sobre algunas formas de flores gigantescas", explica Williams. "Me imagino que iré alternando mi práctica entre el mundo de las plantas y el mundo marino hasta el fin de mis días".
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A continuación te ofrecemos unas imágenes del proceso de creación de Williams y otras de los frutos de su trabajo:
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