Fotos por cortesía del artista.
Cada vez que se arma un lío en la calle o una manifestación espontánea, un montón de personas que, aparentemente, no tenían nada en común comienzan a comportarse de una forma semejante. Pasan de ser individuos a ser una colectividad. Esto sucede con las protestas, las fiestas, las revoluciones, las corrientes de opinión o las modas y, mientras el pensamiento generalizado señala que los elementos sociales tienden al caos en estos casos, vemos cómo finalmente terminan por asumir un patrón común.
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