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arte

Fotografías vintage glitcheadas nos ofrecen una perspectiva artística sobre nuestra memoria fragmentada

David Szauder, aka Pixel Noizz, cambia las historias de su familia con una colección de fotografías glitcheadas.

El miedo del Sr. Stein por David Szauder. "Era un hombre firme, simple y de buena posición. Iba a misa cada día, cuando era necesario. Pero un día se dio cuenta de que tenía sus dudas."

En su serie Memorias fallidas, el artista digital húngaro David Szauder (en ocasiones conocido como Pixel Noizz) explora la naturaleza imperfecta de la memoria humana a través de la distorsión de fotografías viejas.

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Szauder encuentra la inspiración en los paralelismos que ve entre la memoria humana y la memoria digital: nuestro cerebro almacena imágenes para recuperarlas más tarde, como si fueran archivos guardados en un disco duro. Pero cuando intentamos volver a acceder a esas memorias, puede que las encontremos dañadas, distorsionadas, por así decirlo. Tal y como explica el artista en su página web:

"Cuando vemos una imagen (foto) podemos recordar los detalles, pero solo por un periodo de tiempo breve. A la larga, empezamos a perder parte de esos detalles y vamos rellenando los huecos de los fragmentos perdidos con memorias de creación propia, fragmentos de memoria".

Una tarde importante. "Estos amigos estuvieron hablando de metafísica toda la tarde, la discusión era demasiado teórica, así que sus memorias se vieron modificadas de forma física".

Para evocar estas memorias fragmentadas, Szauder aplica diferentes códigos glitch que ha creado a los personajes que aparecen en fotografías viejas, centrándose normalmente en sus cabezas y rostros. Utilizando Pixelmator y otros programas de edición de imagen es capaz de aislar el primer plano y el fondo de las imágenes, consiguiendo así un mayor control sobre la exposición que el que obtendría utilizando las clásicas técnicas para la alteración de datos de las imágenes, como el ajuste de datos de archivo con un editor hexadecimal.

“No se trata de modificar la fuente de la imagen, lo que estoy modificando es la superficie de la imagen”, explica.

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Luego escribe pequeños textos que acompañan a cada foto y a menudo ofrecen una percepción imaginaria explicando el porqué de la alteración de la apariencia, y a veces la mente, del personaje: un feligrés habitual empieza a tener sus dudas, un grupo de amigos discutiendo van demasiado lejos en su profundización sobre metafísica, una mujer glamurosa se vuelve paranoica a causa de las burbujas de su champagne.

La ceguera de Suzana. "Un día Suzana se quedó ciega, esta fue su última memoria interna…"

En la serie de imágenes más reciente de Szauder, estos textos están inspirados en historias de su propia familia, contadas con la justa dosis de licencia poética.

“Son una mezcla de las historias de mi familia y la ficción, que sirven para la creación de estas imágenes”, explica. “Cambio los nombres, cambio las localizaciones, pero sí, es todo sobre mí”. Las imágenes, sin embargo, no representan necesariamente a sus propios parientes (de todas formas no nos lo quiere decir, pero una nota en su página web invitando a la gente a que le envíe sus fotos de familia podría darnos una pista).

Leon y Francesca. 

A medida que crece su colección de Memorias fallidas, el artista, afincado en Berlín, continúa explorando nuevas formas de transformar las imágenes. Este verano desarrolló una aplicación de arte glitch llamada Touch.gl para la exposición DigitART en el Centro Pompidou de París. La aplicación, que funciona con Android, permite a los usuarios distorsionar una imagen directamente sobre la pantalla. Utiliza diversos parámetros aleatorios y no tiene opciones para deshacer o repetir, lo que hace que cada composición sea única. Aunque nunca antes había creado arte con dispositivos móviles, Szauder accedió a utilizar la herramienta con algunas de las fotos de su serie: “Y el resultado fue impresionante, imposible de conseguir con mi ordenador, solo es posible hacerlo con una tableta”.

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Ahora está experimentando con nuevas modificaciones mediante la manipulación de fotografías con un escáner. “Se trata más bien de una conexión física entre la imagen y yo, ya que puedo manipular con mi mano sobre un escáner de cama plana”. También está deseando llevar la idea detrás de Memorias fallidas a vídeo con la creación de animaciones narrativas de 40 a 50 segundos sobre cada tema.

Las hermanas CUCU.

Sophia.

Beauty Queens.

Gil.