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Un artista quema juguetes sexuales para los fantasmas

"Yo estaría muy agradecido si alguien quemara juguetes sexuales para mí tras mi muerte".
Imágenes cortesía del artista

Este artículo incluye contenido explícito y algunos lectores podrían considerarlo inapropiado

El Hong Kong de hoy reúne la visión estética del futurismo crudo de Blade Runner, sin dejar de ser un lugar anclado en ricas tradiciones que derivan de una fusión del misticismo budista y taoísta. En cualquier momento del año puedes encontrar pequeños santuarios al lado de elegantes oficinas de negocios, o ver a alguien quemando ofrendas de papel para sus antepasados fallecidos. Sin embargo, a finales de agosto esta tradición se intensifica porque se cree que durante esta época los espíritus de los muertos dejan su reino para deambular por nuestro mundo físico en busca de comida y otros bienes no presentes en el más allá. Esta tradición se conoce como el “Festival del fantasma hambriento”.

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Ip Wai Lung, un joven y controvertido artista de Hong Kong, fue noticia la semana pasada tras alquilar un escaparate en el distrito de funerales de Hong Kong y ponerse a quemar consoladores y otros juguetes sexuales creados a mano con papel. Como no podía ser de otra forma, The Creators Project se puso en contacto con Ip Wai Lung para conocer sus motivos y los detalles de esta orgía fantasmagórica.

The Creators Project: ¿Cuál es el origen de la quema de objetos de papel en honor a los antepasados fallecidos? y ¿por qué motivo escoge la gente de Hong Kong los objetos que quiere quemar? He visto desde iPhones de papel, hasta yates e incluso un sillón de masajes.

Ip Wai Lung: La gente de Hong Kong cree que sus antepasados fallecidos pueden recibir ciertas ofrendas, puesto que una vez quemadas se convierten en 'objetos reales' en el mundo espiritual. La razón por la que utilizamos papel y no otro material es muy simple: en la antigüedad el papel era el material disponible y también el más fácil de quemar. Al quemar estas ofrendas de papel la gente piensa que está haciendo algo bueno por sus antepasados, es como un deber filial. En cuanto a las réplicas que elegimos para quemar, se cree que el más allá se construye a partir de nuestra propia realidad, así que las tiendas que construyen estos objetos simplemente siguen la demanda del mercado. En realidad lo que quemamos es simplemente un reflejo de nuestras propias necesidades y deseos contemporáneos.

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Tú escogiste quemar juguetes sexuales, ¿es porque crees que los espíritus están cachondos y se mueren por un poco de marcha? Hong Kong se considera una ciudad con bastante represión sexual, ¿estás intentando denunciar eso de algún modo?

Hice los juguetes sexuales porque no los había visto nunca antes entre las otras opciones de ofrendas de papel. Si la lógica de quemar ofrendas de papel se basa en los deseos que ahora tenemos como seres humanos, ¿por qué no incluir el sexo? Si los fantasmas sienten un deseo por el dinero, la nueva tecnología y la ropa, también deberían tener un deseo sexual.

Y sí, creo que el sexo sigue siendo un tabú en Hong Kong. Sin embargo, simplemente quería normalizar el acto sexual, sin hacer ninguna campaña política. Aunque incluí señales de advertencia en los pechos y órganos sexuales de los objetos de papel, para joder de forma pasiva a esa gente a la que le encanta el sexo pero al mismo tiempo lo menosprecia.

Pareces una persona bastante racional. ¿Tiene algún tipo de duda de que alguna de estas creaciones no llegue a alcanzar a los espíritus?

Me muevo entre la creencia y la no creencia. Por una parte, empecé este proyecto porque de hecho creía en todo este asunto de la quema de objetos; por otra parte, tengo serias dudas de que los muertos puedan recibir nuestras ofrendas de papel. Es esa paradoja lo que desató mi interés en este proyecto. Lo presenté de una forma divertida al quemar solo la mitad de los muñecos de papel. Se trata de una especie de humor negro, en el sentido de que imaginé lo desesperados que deberían sentirse los muertos tras cientos de décadas sin juguetes sexuales y, cuando por fin los pueden tener, les llega solo la mitad.

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Mucha gente de Hong Kong ha respondido de forma negativa ante este proyecto. Creen que has deshonrado a los muertos y que ahora podrían perseguirte.

No creo haber deshonrado a los muertos en ningún sentido de la palabra. Es más, creo que hice algo bueno por ellos al preocuparme por su deseo sexual que ha sido ignorado durante cientos de años en nuestra cultura. Sinceramente, no soy capaz de entender por qué las cosas se convierten en ofensivas cuando se trata del sexo. Yo estaría muy agradecido si alguien quemara juguetes sexuales para mí tras mi muerte.

Encontrarás más información sobre la obra de Ip Wai Lung en su página web.

Traducción de Rosa Gregori.

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