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El editor virtual que raja textos de Joyce y Shakespeare

La herramienta, llamada Hemingway App, califica por uso de adverbios, de la voz pasiva y frases fáciles de comprender.

Hace no mucho Daniel Samper Pizano se dio a la tarea de usar el traductor de Google para traducir las obras cumbre de la literatura universal. Buscó El Quijote, de Miguel de Cervantes, y Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez y le dio clic al botón "Traducir" que el buscador ofrece. El resultado, dice Samper Pizano, es una criatura de siete cabezas producto de la borrachera del traductor (virtual).

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Algo de este estilo:

"En alguna aldea en La Mancha, que nombre no cuido para recordar, allí moré no así que hace un caballero del tipo no guardará de largo una lanza inusitada, un viejo protector, un greyhound para competir con, y un viejo caballo flaco".

Eso hace un tiempo.

Se trata de la vieja disputa de hasta qué punto puede una máquina reemplazar un proceso humano como el de traducir. La disputa ahora no es solo en la traducción, el debate se ha movido al campo de la edición. Los hermanos estadounidenses Adam y Ben Long, crearon una herramienta virtual que edita textos en inglés de manera más o menos coherente.

La aplicación se llama Hemingway App y su objetivo es decir qué tan legible es un párrafo escrito por el usuario en la aplicación. La herramienta evalúa bajo los siguientes parámetros: que las oraciones no sean difíciles de leer, que haya una forma menos enrevesada (no usar, por ejemplo, la palabra "enrevesado") de escribir la oración, que todo esté escrito en voz activa y que no haya adverbios. Sumado a esto, la herramienta dice qué nivel de lectura se necesita para entender dicho texto en una escala de uno a diez.

La herramienta, no obstante, y a pesar de que logra identificar el uso de voz pasiva o los adverbios en una oración, castiga los textos que no sigan esos parámetros. No en vano el nombre del editor es en honor al escritor norteamericano que se caracterizaba por escribir frases cortas y en un lenguaje simple.

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Si uno copia algunos de los textos más emblemáticos en lengua inglesa (la aplicación todavía no edita en otros idiomas) se sorprende de lo exigente de ella.

El primer capítulo de Lolita de Nabokov

Este corto capítulo es, según el editor, de fácil lectura. Obtiene "1" en calificación. Solo tiene una oración que es muy difícil de leer (resaltada en rojo). No utiliza adverbios ni se vale de la voz pasiva. Bien, Nabokov, pasa la prueba.

Hamlet de Shakespeare

Al célebre monólogo de Shakespeare le va mal. Obtiene 20 en grado de dificultad. Tiene una oración (el editor no distingue entre verso y prosa) difícil de leer. Y cuatro oraciones muy difíciles de leer. Tiene dos adverbios (resaltados en azul) y dos usos de voz pasiva (resaltado en verde). Ser el escritor más grande de la lengua inglesa no lo exime de reprobar el test.

El útlimo capítulo del Ulises de Joyce

El último capítulo de la obra maestra del irlandés, famoso por ser el flujo de conciencia de Molly, la esposa del protagonista, consta de un único punto. Para el editor esto no es virtuosismo del escritor sino un arrume de palabras juntas sin mayor coherencia. De dos oraciones que tiene el capítulo, una es de muy difícil lectura. Tiene 15 adverbios que sugiere recortar y usa ocho veces la voz pasiva. No en vano el nivel de lectura que hay que tener para entender este capítulo es de post universitario.

Y, por último, el comienzo de 'Los asesinos', el célebre cuento de Hemingway

Hemingway editado por Hemingway. El editor trata con cariño el texto del escritor norteamericano que, como ya se dijo, suele usar frases cortas y lenguaje sencillo. El comienzo del cuento Los asesinos saca 1 en nivel de lectura. Ninguna oración es difícil de leer, no hay adverbios y solo utiliza en una ocasión la voz pasiva. Nada mal para el autor que le da nombre a la herramienta digital.