La idea de mejorar la calidad de vida de las ratas de ciudad con musiquita en su cotidianidad no es nueva, pero sigue siendo bonita. En muchos lugares del mundo han intentado implementar el sonido como incentivo para detonar ciertos hábitos en la gente sin ser impositivos. Uno de los ejemplos es éste proyecto de The Fun Theory, cuando haicieron de las escaleras del metro de Estocolmo un piano, para así fomentar que la gente use los escalones y no las escaleras eléctricas.James Murphy tuvo una idea más o menos parecida. No pretende cambiar los hábitos de las personas, pero sí pretende mejorar su transitar por la ciudad de Nueva York. Murphy es el típico neoyorkino de hueso colorado de cátsup. Y como todos esos güeyes, Murphy ha pasado más horas revolcándose en el metro que en Central Park. El próximo gran truco de el exlíder de LCD Soundsystem es lograr que le den injerencia en la remodelación del metro de Nueva York para hacer que los sonidos de los torniquetes sean armónicos y agradables. Para lograr que le den el proyecto lanzó una petición online para juntar firmas que puedes ver y firmar aquí, en donde él mismo explica el proyecto.Aquí puedes ver el video que sacó con el Wallstreet Journal en donde justifica su iniciativa.Hablamos con James Murphy sobre su cortometraje y nos dio sus no-opiniones sobre varios temas.
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