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Música

El ciclo de vida de una banda de punk

De subirle al punk a bajarle al colesterol.

Ilustración de JP Flexner

Cualquiera que haya empezado una banda de punk te puede decir lo rotundamente mala que es esa decisión de vida. Es un género cuyo objetivo primario es evitar tener un trabajo de verdad, pero en el que no hay suficiente dinero para vivir de ello tampoco. Eso también va para sus hermanitas—hardcore, emo, y todas las demás. Es una escena en la que el concepto de “prisionero de por vida” se menciona seguido como motivo de orgullo. Pero mientras va sucediendo la vida, se siente menos como una medalla para enorgullecerse y más como una medalla de qué-chingados-hice-con-mi-vida. Entonces, si estás pensando en formar esa banda, date. Este es el camino de vida que puedes esperar…

Edad, 18: Para matar el tiempo cuando está demasiado lluvioso para salir a patinar, tú y tus amiguitos forman una banda en el garaje de casa de tus papás. No tocan una mierda, no tienen un marco de referencia musical y, objetivamente, apestan. Pero se divierten haciendo covers clásicos de cuatro acordes y de todos modos sólo es una excusa para hanguear. Entonces, ¿a quién le importa? Tienes tu juventud, tus looks y todo el mundo por delante. La vida es sabrosa.

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Edad, 20: Con los pocos miles de pesos que has juntado de tocar en shows locales a través de los últimos dos años, grabas tu primer álbum. La mayoría de tus letras y tu habilidad para escribir canciones van a ser motivo de vergüenza cuando los veas con unos años de distancia pero de todas formas, hay una innegable energía cruda y juvenil detrás de todo eso. Eres joven, idealista y el peso del universo no ha despedazado tu alma todavía. Este es el disco que te va a dar seguidores.

Edad, 21: Te pasas la mayor parte del año de gira—lo que sea para evitar el mundo real y ese callejón sin salida que son esos trabajos de vendedor en una tienda. Tu vida dependa de una van, te vistes horrible, y hueles todavía peor. No te das cuenta en ese momento. Pero estos son los mejores días de tu vida.

Edad, 22: Lanzas tu segundo disco. Para este momento, finalmente ya aprendieron a tocar sus instrumentos (a un grado aceptable, más o menos) y ya “hicieron click” como banda. Este va a tu mejor disco y la última cosa verdaderamente buena que vas a hacer jamás.

Edad, 23: A estas alturas, el cultivo de seguidores que has acumulado te trae atención de disqueras más grandes. Firmas con una esperando ganar el dinero suficiente como para ser pobre y vivir con seis roommates por el resto de tu existencia.

Edad, 24: Tu primer disco bajo un sello, crea una línea divisoria entre tus fans. Haces enojar a los radicales que te han seguido los pasos desde tu primer EP hecho en casa. Te llaman “vendido” y ponchan las llantas de tu van. Pero tienes una afluencia de nuevos fans—la mayoría de ellos son dudes universitarios que te escucharon en el radio o vieron tu video en MTV19. Van a tus shows y piden a gritos tu sencillo famoso o la de “Anarchy In The UK” irónicamente.

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Edad, 25: Tu debut en una disquera grande es el más vendido por mucho—cuadruplicando las ventas de todos tus discos anteriores combinados—pero aún así es un fracaso colosal a los ojos de la disquera, que han aprendido, otra vez, que las bandas de punk no son una inversión financieramente redituable. Reciben un gran golpe con este disco y recuperan la pérdida duplicando sus esfuerzos en una estrella pop de 19 años que usa un leotardo morado y canta sobre irse de fiesta y gana cinco discos platino. Tu contacto en la disquera deja de contestarte el teléfono. Caes en un lugar existencial muy oscuro.

Edad, 27: Para salir de tu bache creativo, formas un proyecto alterno. Es una cosa acústica anti-folk y sacas un disco bajo tu pseudónimo en el formato de “Tu Nombre & Los Algos”. Las canciones son todas deprimentes y auto-despreciables, y honestamente a nadie le interesa escuchar el trabajo introspectivo de alguien que escribió un par de buenas canciones hace una década. Pones un cover a los Replacements al final para darte algo de credibilidad. Das un par de shows y te anuncias como “el miembro de tu banda” porque si no nadie iría.

Edad, 28: En este punto de tu carrera (ahora le llamas a esto una carrera), todos en la banda se odian unos a otros. Ya cambiaron tres veces de baterista y tú mismo has amenazado con dejar la banda en múltiples ocasiones. Cancelas una semana de tour y le dices a los fans que fue porque te dio laringitis, pero en realidad, ya no podías aguantar ni siquiera físicamente tocar en el mismo escenario que esos imbéciles.

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Edad, 29: Aunque tu disquera ya no quiere tener nada que ver contigo, todavía les debes un disco para cumplir con tu contrato de dos álbumes. Para este entonces ya no tienes nada sobre qué cantar de todas formas, así que te sacas algo del culo que está muy lejos de lo que hacías cuando empezaste a tocar con la banda. Es experimental y aburrido y suena como a una versión rebajada con agua de una versión vieja de ti mismo. Sólo a los fans menos selectivos y sobre todo los más tontos les gusta.

Edad, 31: Después de dos años de un hoyo negro de inactividad, finalmente le pones un alto. El anuncio de la separación de tu banda llega a los blogs de punk y las secciones de comentarios se llenan con la mitad de “sólo me gustaban sus cosas viejas de todas formas” y la otra mitad de “¿cómo? ¿siguen siendo una banda?” LOL, eres una broma.

Edad, 32: Te topas con la realidad de que no tienes ninguna habilidad comercializable porque o te saliste de la universidad o ni siquiera te inscribiste para tocar música. Estás cubierto de tatuajes de los que te arrepientes y que has acumulado a lo largo de los años, que te excluyen de todos los trabajos excepto de los más ruidosos y denigrantes. Afortunadamente, tu pareja tiene un trabajo estable y va todos los días a trabajar mientras tú te conviertes en un ama de casa. Tal vez debiste escuchar a tu papá y haber ido a la escuela de negocios.

Edad, 35: Como todos tus amigos sí tienen trabajo, tuenes un exceso de tiempo libre que desperdicias en Facebook. Tu profile picture es una foto de tu bebé. Te la pasas despotricando largo y tendido sobre tu visión política y social fuera de la realidad (que se inclina cada vez más hacia la Derecha, además). La mayoría de la gente te bloquea. Te enconchas en una cueva llena de individuos adultos que, igual que tú, añoran los viejos tiempos y piensan que el estado del punk actual es terrible (aunque es exactamente el mismo que cuando empezaste).

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Edad, 37: Un día estás limpiando el sótano y encuentras una caja con las primeras ediciones LPs de tu vieja banda y unas cuantas camisetas. ¿Desde cuándo no te entra una Mediana, carajo? Como los cheques residuales de las ventas de tus discos sólo te dan 5,000 pesos al años, pones todo eso a la venta en e-Bay para sacar un dinerito y comprar algo de mota, que fumas en secreto cuando sales a comprar pañales. Esta es la cosa más peligrosa que has hecho últimamente.

Edad, 39: Una banda con la que solías salir de gira va a tocar en tu ciudad. Contratas a una niñera para que puedas estar fuera de casa después de las 9:00 PM para ver el show. Te ponen en la lista para ahorrarse tus sermones sobre precios de boletos y cargos por servicios. El lugar está lleno, y pronto te das cuenta de que esa escena punk se las ha arreglado para continuar sin ti. De hecho, es más vibrante y rentable que nunca. Esto te da una idea…

Edad, 40: Anuncias tu gira de reunión. Todos los miembros originales de tu banda van a tocar el disco clásico. Planeas dos semanas de shows para el año siguiente y los boletos se agotan instantáneamente. Tus fans mojan sus pantaloncitos de emoji y lo embarran todo en Twitter, aunque la mayoría de ellos estén fingiendo su entusiasmo en un intento muy triste de pretender que tienen tantita idea de quién eres. También te programan en un par de festivales de verano gigantes para tocar en el Escenario de Rock y Sudor de Macho Musculoso entre algún rapero que nunca habías escuchado en tu vida y una banda más grande y más seminal que la tuya que también está en su gira de reunión.

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Basado en la popularidad de las ventas de boletos, lanzas una reedición de 20 aniversario de tu disco. Es básicamente lo mismo, solo que cobras extra porque metiste tres demos que no fueron lo suficientemente buenos para entrar en el disco original.

Todos en la banda dejan sus egos de lado, se meten a trabajar juntos en el estudio, y graban un nuevo álbum de reunión. Con la excepción de esa canción de ultimo minuto que grabaste hace 15 años para dar las ganancias en beneficencia de Haz Comida Para Perros, No La Guerra, es la peor cosa que has sacado en tu vida. Sin importar lo anodino y carente de pasión que es, la prensa mainstreem se la traga entera y te hace una felación pública porque las reseñas positivas están escritas por personas que compensan el hecho de que eran demasiado jóvenes para haber vivido su apogeo.

Edad, 41: La primera noche de gira es genial. Es bueno ver caras de viejos conocidos aunque la mayoría ahora están cubiertas de unas barbas tupidas para compensar la evidente caída de cabello. Estas bastante mal de condición física, y esos 10 kilos que subiste en estos años te hacen mojar la camisa de sudor de una forma vergonzosa en el escenario.

Después del show te bombardean pidiéndote selfies y te coquetean unas groupies que podrían ser tus hijas. Hablando del tema, te pasas el tiempo libre hablando con tu familia por FaceTime, pues ahora sientes un nuevo aprecio por ellos.

El resto de la gira se trata de pasarte factura, físicamente. Pronto te das cuenta de que estás demasiado lejos para estar haciendo esto. Te duele la espalda por dormir en el suelo, te duelen las rodillas de estar amontonado en la van y te duele la cabeza porque ya estás muy viejo para estar metiéndote coca. También recuerdas por qué no soportabas estar en una van con esta gente durante horas en su momento.

Despues de dos semanas de shows agotados, finalmente es hora de que el trabajo de tu vida te de frutos. Los fondos se liquidan, y después de pagarle a tu manager, a tu publicista, a tu persona que vendió tu merch, a tu agente, la renta de la van, los viáticos y las comidas, cada uno de ustedes ganó…$7,000 pesos. El punk es una mierda.

Dan Ozzi está en Twitter, donde todos los punks mayores pasan su tiempo en estos días: @danozzi