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La Cándida Vándala presenta

El esténcil honesto de Tere Zeta

Tere Zeta logra materializar en elementos visuales y en lenguaje de barrio las ideas culturales que conviven con nosotros y nos las estalla en los ojos.

Me reuní en una cafetería de Bogotá con un chico profundamente interesado en la comunicación social enfocada en el mensaje de construir sociedad. A él le preocupa la nueva idea que se está creando alrededor del arte urbano en Colombia y se conforma con expresar sus ideas antes de considerarse un artista. Firma en la calle como Tere Zeta, y, usando el esténcil como herramienta traductora de ideas, nos muestra una parte de su forma de pensar, a partir de sus experiencias y su entorno.

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El mismo personaje lleno de humor negro que nos muestra a una monja usando ligueros o a un tipo con cabeza de pene, tiene la honestidad de mostrarnos a la Dama de la Justicia tapándose la nariz porque sostiene en su mano una bota militar que apesta. Tere Zeta logra materializar en elementos visuales y en lenguaje de barrio las ideas culturales que conviven con nosotros y nos las estalla en los ojos.

De manera sencilla, nos explica cómo empezó a desahogarse a través de las paredes. Esto fue lo que conversó con VICE.

VICE: Te defines como activista gráfico o artesano del esténcil, explícanos cómo funciona esa caracterización en ti.

TERE ZETA: Comencé a usar el esténcil más o menos desde el año 98, ligado a las barras bravas del Independiente Santafe. De ahí conocí la técnica pero, en general, mi aprendizaje ha sido muy empírico. Me autoproclamo artesano porque no tengo ningún tipo de formación artística-académica, y realmente estas cuestiones no se me hacen tan relevantes para lo que me interesa comunicar.

Tengo un blog y escribo sobre proyectos que tengan que ver con street art, que estén por fuera del establecimiento y de los referentes tradicionales. En esa plataforma se hace más clara la definición de lo que trabajo como activismo gráfico. Además, estudié en la Universidad Nacional y siempre me relacioné con los movimientos sociales y he trabajado en proyectos de conversación alternativos

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Vi que unas de tus bombas es el dibujo de un zorro. ¿De dónde viene tu identidad?

La historia del zorro salió de un proyecto en donde tuve que usar una máscara del animal que yo eligiera. Lo escogí, porque es uno de los pocos cánidos que viven solos y me identifiqué con eso. Me gusta autogestionar mi trabajo e intento producir lo más que puedo: desde el dibujo hasta la impresión y el corte.

Al inicio de mi recorrido por el graffiti quería que mi nombre fuera "trazo". Hice mis primeras firmas con la abreviación "TRZ". Al pronunciarlo, me gustó la sonoridad que generaba la palabra "terezeta" y me quedé con ese nombre.

¿Te consideras un artista urbano?

Respeto mucho a las personas que se han formado desde la academia para ser artistas. Valoro el esfuerzo que han hecho para estudiar ciertas cosas y comprenderlas. Justamente por eso no creo serlo, no tengo fundamentos ni motivaciones estéticas para hacer lo que hago. Mi motivación es mucho más banal, mundana. Adicionalmente, manejarse en un circuito artístico implica manejar ciertos lenguajes, y eso me cortaría un poco de libertad de expresión que deseo tener.

En la calle encontramos artistas netamente muralistas y a otros que enfocan su trabajo hacia la crítica social, ¿en qué parte del espectro te ves?

Una característica del arte urbano en Latinoamérica es que los grupos están conformados principalmente por artistas formados. Algunos artistas urbanos de acá de Bogotá están muy ligados al diseño gráfico, a la publicidad o a las artes plásticas. El tema del activismo gráfico va en ese sentido: a veces me falta tener un poco más de consciencia con respecto a los mensajes pero por lo general busco apoyarme en mi punto de vista y en mis acciones frente al mundo para expresar algunas ideas. Si hablamos de graffiti como algo alejado del arte y más cercano a sus orígenes y a donde nació, que tiene que ver con ese mito fundacional del writing estadounidense de los muchachos de barrio que se tiran a las paredes y a los trenes a rayarlos para mostrarse, creo que estoy más cerca de eso.

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Tiendes a ser muy práctico a la hora de disparar un mensaje… ¿será por el mismo uso que haces del esténcil?

Unas de las facilidades que otorga el uso del esténcil es la repetición y la versatilidad de la composición. Entonces, si se cuida la herramienta, puede dar el mismo mensaje en 2010 o en 2015. Se puede sobreponer la forma, girarla, usar diferentes colores y sigue siendo válido. Sin embargo, algunas personas se bajan de ese bus porque a veces resultan engorrosos el transporte o la fabricación. Yo lo uso porque tomo referencias de imágenes que veo en internet o dibujos de algunos cómics, luego las paso al material, las corto y las pongo en las paredes. Es por comodidad.

Y a través de esa practicidad que da el esténcil como herramienta, ¿cuál es el mensaje que le quieres gritar al mundo?

Creo que el eje central de mi trabajo es hacer públicas mis opiniones sobre los diferentes temas que me rodean: me llama mucho la atención pensar la forma en que la gente concibe la sexualidad. Algunos muros surgen a partir de conversaciones con amigos: hablamos de cualquier cosa, hacemos gestos con las manos. Podría salir a la calle, hacer un gesto de esos y quedar como un vulgar, entonces lo visualizo de otra forma, lo transformo y quedo como un artista. Se trata de poder transmitir un mensaje trivial de manera diferente, atrapar a la gente para generar otro tipo de reacciones.

Esa es otra de tus características más marcadas, que tu mensaje entra crudo…

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Yo lo llamaría honesto. De la comunicación alternativa aprendí que se puede decir lo que se quiera para generar reacciones, pero hay que organizar lo que se va a decir, hay que saber decirlo, y para eso se pueden usar algunos elementos estéticos para blindar el mensaje. En esta etapa a uno ya no le dicen "tan bonito lo que está haciendo". La interpretación se vuelve más contemplativa y, como no es solo rayar la pared diciendo "policías asesinos", la gente hace otro ejercicio de análisis.

¿De qué información te alimentas para construir lo que gritas? ¿Por dónde te mueves?

Tengo tres fuentes primordiales de las que me alimento: una es la música, el rock & roll. Otra es mi profesión, soy trabajador social y a diario tengo que leer sobre desplazamientos, pobreza, medio ambiente, derechos humanos, y todo ese tipo de cosas. Y por último uso a la calle. Durante muchos años viví en el suroccidente de Bogotá, por el sector de Kennedy, un lugar que es puro barrio en donde aprendí cosas propias, como los lenguajes que se manejan, que me ayudaron a entender la forma de expresar algunas ideas. Hago una mezcla de eso, y, como no pertenezco a ningún crew, sino que trabajo solo, no tengo ningún tipo de presión para hacer mis cosas. Hablo sobre temas que me interesan de momento y que encuentro en lo que hago.

Conoce más sobre Tere Zeta en su perfil de Facebook y lee su blog aquí.