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Cultură

El sexo virtual ya está aquí

En su día, el VHS se convirtió en el formato popular por excelencia gracias a la industria pornográfica. ¿Podría ocurrir lo mismo con los dispositivos de realidad virtual?

Te pones el casco de realidad virtual, le das al play y de repente estás en otra habitación. Ves tu cuerpo, pero realmente no es el tuyo, sino el de un actor. Ves a la actriz que se acerca y te susurra algo sucio en la oreja izquierda. Si miras hacia abajo, ves su vagina; o si prefieres, giras la cabeza y miras las otras chicas que están esperando por ti.

La humanidad siempre ha tenido un toque de obsesión con el sexo, y ahora cuando la única barrera entre nosotros y una experiencia sexual es un clic (más unos lentes extra grandes), hay que preguntar hasta dónde es capaz de llegar el sexo virtual. Desde un pueblo del Pirineo donde actualmente están grabando, el CEO de Virtual Real Porn —una de las pocas empresas del mundo que se dedican a hacer pornografía en Realidad Virtual (RV)— cuenta que "realmente crea la sensación de que tú estás allí; es muy inmersivo". Las películas están grabadas desde diferentes puntos de vista y se puede escoger el de un hombre, con el cuerpo correspondiente, o el de una mujer. "Nuestra meta final es que sea lo más real posible, como si estuvieras practicando sexo de verdad", comenta bajo su seudónimo Mike Kovalsky. Un escenario que tal vez no queda en un futuro muy distante dado el desarrollo de los Teledildonics. Estos juguetes futuristas pueden interactuar con las películas en RV y te ofrecen la posibilidad de, por ejemplo, sincronizar los movimientos de una vagina de goma con los movimientos de la actriz que estás viendo. Algunos ven un futuro distópico donde la tecnología eliminará de una vez por todas la necesidad de la interacción humana, pero tampoco hay que ser tan fatalista y pensar que estos lentes, además de ser un complemento digno de cualquier personaje de Matrix, acabarán con todo.

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La inmersión completa

De momento, los vídeos de Virtual Real Porn que se miran a través de dispositivos de realidad virtual como Oculus Rift, el Samsung Gear VR o la versión de cartón creada por Google, permiten ver un mundo de 180 grados, pero pronto llegarán a ser de 360. Hacia donde mires, arriba, abajo, atrás o adelante, hay porno. Según explica Mike Kovalsky, esto requiere más de los actores "si se graba desde el punto de vista de un hombre, el actor tiene que estar muy quieto y silencioso. Claro, tú no quieres escuchar el hombre porque supuestamente el cuerpo es tuyo". Para las actrices esto significa que tienen que aguantar las poses y mirar a cámara mucho más que en la pornografía tradicional, algo que puede ser físicamente cansado.


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Este tipo de video ya está avanzando con rapidez y ganando usuarios en muchas áreas. Hace unos meses, YouTube incorporó la posibilidad de subir vídeos de 360 grados y la innovadora Björk ya creó un videoclip usando esta nueva tecnología. Otros, como Giovanni Cetto de Two Reality —una empresa que desarrolla contenidos virtuales— cree que la RV triunfará gracias a los viajes virtuales y no por la pornografía. "Gente que no tiene tiempo o dinero para viajar, podrá visitar el lugar que quieran ver virtualmente". Si quieres, vas a poder largarte un fin de semana a Nueva York, sin ni siquiera levantarte de tu sofá. Two Reality ya ha recreado la meca tecnológica Indra, "recreamos todo el museo en realidad virtual y los asistentes pueden interactuar con cualquier elemento: activar un vídeo o sacar la ficha técnica de un producto". Además cuenta que el desarrollo de Kinects, pequeñas cajitas negras que puedes enganchar a tu headset de RV, permiten el reconocimiento de tus movimientos para que el vídeo virtual responda a tus gestos y comandos de voz. Uno se puede imaginar que la industria de la pornografía recibirá esta tecnología con los brazos abiertos.

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Giovanni Cetto de Two Reality. Imagen de la autora.

Pero hay otros aspectos, realmente útiles, de la pornografía en RV. La sexóloga Carme Sánchez Martín del Instituto de Sexología de Barcelona enfatiza las posibilidades pedagógicas que ofrece el mundo virtual. "La pregunta que más hacen los adolescentes es cómo son las primeras relaciones sexuales. Y desde un punto de vista ético estaría bien que pudieran tener sus primeras relaciones sexuales de manera virtual como ensayo".

Seguramente, Mark Zuckerberg no compró la Oculus Rift por 2,000 millones de dólares sin saber en lo que se metía. En su día, el VHS se convirtió en el formato popular por excelencia gracias a la industria pornográfica. De la misma manera, la pornografía virtual podría ser la fuerza que empujará a una adopción general de dispositivos como el Oculus Rift, cuyo modelo dirigido al consumidor sale al mercado a principios del 2016.

RV para muchos (machos)

Según Mike Kovalsky la RV ya no es únicamente una cosa de aficionados e informáticos, sino algo que llegará a los ordenadores de todos los consumidores de pornografía. Al principio sus clientes "eran auténticos apasionados de la RV como yo pero cada vez ha ido expandiendo el mercado y ahora hay de todo. Desde chavos de 20 años que compran los cascos de cartón hasta hombres casados y adinerados de 40". Pero son muy pocas las mujeres que miran sus películas en RV, "no llegan ni al uno por ciento, aunque hay parejas que los usan juntos para realizar fantasías sexuales".

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Quizás la pornografía en RV puede convertirse en un fenómeno reivindicativo, aportando algo más que la simple provocación de eyaculaciones. La cineasta sueca afincada en Barcelona, Erika Lust, cuenta que el POV realmente no le aporta mucho. Lo que quiere explorar es algo más en la línea de sus otras producciones: cine de adultos indie. "Tenemos que estar atentos porque somos una empresa muy tecnológica y hay que dar el salto pero como siempre, lo haremos con una propuesta que sea divertida, innovadora y algo que le guste a todos, mujeres y hombres por igual". En su famoso Tedx Talk explica que la mayoría de la pornografía es machista, desigualitaria y para hombres. Algo problemático dado que muchos adolescentes reciben su educación sexual a través de películas pornográficas. Y no, el argumento no proviene de una feminista estereotipada, sino de una mujer que dedica su vida a hacer pornografía.

Adictos a otro mundo

La cultura popular ya detectó uno de los puntos sensibles de esta generación: ¿cómo afectará el rápido avance tecnológico a nuestras relaciones? La película Her (2013), dirigida por Spike Jonze, lleva al extremo el futuro de las relaciones humanas post-Ipads y post-la-vida-como-la-conocemos introduciendo a un sistema operativo inteligente e intuitivo como personaje.

Según Sánchez Martín, la pornografía en RV no aumentará el riesgo de volverse adicto, "es difícil que personas con un buen estado mental sólo acaben teniendo relaciones sexuales en realidad virtual". Explica que las consecuencias de la pornografía en RV dependen del uso que se le dé. Para ella, se trata de tener sentido común. Por otro lado, un estudio realizado por la Universidad de Cambridge encontró que el cerebro humano reacciona de una manera muy similar al abuso de sexo o pornografía que a la adicción de droga. Mike Kovalsky afirma que "mucha gente nos ha dicho que una vez que prueban porno en realidad virtual, ya no pueden volver a ver porno normal en 2D, que les parece aburrido. Una vez que pruebas algo que sientes mucho más real acabas dejando lo otro".

Carme Sánchez. Imagen de la autora.

Mi pantalla y yo

Entre pantallas, avisos de redes sociales y conexión constante, podríamos llegar a vivir en un mundo muy solitario. ¿Nuestra compañía no será nada más que una voz computarizada intentando imitar la presencia de otro ser humano? La pregunta está en si se queda en una imitación, o realmente sustituirá nuestras relaciones humanas. Sánchez Martín explica con calma que la pornografía avanzada no llegará a sustituir las relaciones humanas y el sexo real porque "tener una pareja es mucho más que solamente una relación sexual. La realidad virtual no da la intimidad, el apoyo y el compromiso que también necesitamos". Además, el tacto y el olfato tienen mucha importancia en una relación sexual, algo indispensable que difícilmente llegará a existir en el mundo virtual. Aunque las posibilidades de la pornografía en RV aún son un terreno poco explorado, puede ser que algún día lleguemos a interactuar y directamente condicionar las escenas de sexo que estamos viendo.