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Ari Marcopoulos es el padrino de los fotozines fotocopiados. Este no es un cumplido ambiguo. Cuando le eches un vistazo a todo el buen material que ha producido durante todos estos años, te darás cuenta de a qué nos referimos. Desde que se mudó a Nueva...

Ari Marcopoulos es el padrino de los fotozines fotocopiados. Este no es un cumplido ambiguo. Cuando le eches un vistazo a todo el buen material que ha producido durante todos estos años, te darás cuenta de a qué nos referimos. Desde que se mudó a Nueva York en 1979 desde Holanda, Ari, que ahora tiene 53 años, ha pasado de unos inicios fatal pagados a que sus fotografías hayan sido publicadas en todo el mundo. Su última aventura es un libro llamado Directory que, tal y como sugiere el nombre, es un gran libro diseñado de tal forma que parece una guía telefónica. Contiene 1,200 fotografías de Ari. Obviamente, teníamos que saber más sobre el libro.

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Vice: Hola Ari. ¿Qué clase de fotos hacías cuando empezaste?

Ari Marcopoulos: Empecé a interesarme por la fotografía cuando era un niño. Mi padre volvió de un viaje a Japón con una cámara Asahi Spotmatic y me la dio. Me encantaba. Hice muchas fotos en una pista de carreras de coches y también de la novia que tenía por aquél entonces. Daba paseos por la ciudad haciendo fotos a cosas que me parecían interesantes.

Vamos, que estabas aprendiendo a usar la cámara.

Sí, exacto. También estaba aprendiendo a revelar carretes y hacer ampliaciones en el cuarto oscuro que había en el sótano de casa de mis padres. Todo el proceso me parecía algo mágico.

¿Querías convertir tu hobby en una carrera?

La verdad es que no, pero empecé a pensar en ello a medida que progresaba. “Carrera” es una palabra muy grande, no estaba pensando en eso. Mi primer proyecto de verdad fueron unos retratos de músicos y artistas, y acabó siendo mi primer libro.

¿Lo hiciste antes de llegar a Nueva York?

Sí. Me mudé de Holanda a Nueva York en 1979. No sabía mucho sobre Nueva York pero me encantaban los rascacielos y las Converse All Stars, así que parecía el lugar adecuado para mí. Me quería quedar seis meses, intentar trabajar y volver a casa, pero aquí sigo 30 años después. Mola mucho que todo saliera tan bien, había energía positiva. Todo era mucho más salvaje por aquél entonces. La gente idealiza demasiado el pasado, especialmente Nueva York en los 80. Estaba bien, pero ahora, a su manera, también.

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¿No fuiste el asistente de Andy Warhol durante una temporada?

A ver, imprimí sus fotografías en blanco y negro. No fue nada importante, la verdad. La gente suele sacar el tema a menudo, pero para mí simplemente fue un trabajo extremadamente mal pagado. Estaba arruinado, así que lo hice para ganar dinero y poder vivir. Pasaba casi todo el tiempo deambulando por ahí y haciendo fotos porque no tenía mucho más trabajo que hacer.

Muchas de tus fotografías reflejan temas de desigualdad, como la raza o la ley . ¿Es algo que intentas fotografiar de forma activa?

Eso estaba delante de mis narices; el racismo está vivito y coleando. Es un hecho indiscutible y lo puedes ver por todas partes. Es algo que intento mostrar de forma deliberada en partes de mi trabajo, pero no creo que lo busque de forma activa. Simplemente era una observación. Sin embargo, fue un punto de partida para empezar a interesarme en el skate. No les importaba de donde vinieras, de qué color fueras o en qué creyeras. Su interés común invalidaba cualquiera de esos aspectos.

¿Cómo te hiciste amigo de los skaters de Nueva York? Por lo que he escuchado no eran gente muy agradable.

Los vi un día debajo del puente de Brooklyn, y un amigo mío, Dave Aron, me presentó a Jeff Pang. El primer día que salí con Jeff y Harold Hunter lo pasamos muy bien.

¿Les importaba que les hicieras fotos?

No. Nos hicimos colegas de forma instantánea, al estilo Nescafé. Creo que uno de mis talentos es tener la capacidad de llevarme bien con la gente. Soy curioso.

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¿Cómo surgió tu nuevo libro?

De una idea que he tenido en la cabeza durante varios años; simplemente necesitaba encontrar la manera de hacerlo. Después de pasarme siglos planeándolo, Rizzoli accedió a publicarlo, pero no fue fácil, ya que no es el típico libro que suele publicar Rizzoli.

¿Cuál fue su reacción ante la idea de publicarlo como si fuera una guía telefónica?

A los editores con los que trabajé les gustó. El único problema que había es que Rizzoli es una gran compañía y había que convencer a mucha gente de que el libro era una buena idea, especialmente porque surgió en la época en que la economía americana se derrumbó por completo. Por suerte todo salió bien, a todo el mundo le gustó y quisieron hacerlo. Fue un largo proceso. Era una idea que había tenido hace años y estuve un año entero trabajando para que estuviera listo y poder lanzarlo. Escaneé y fotocopié todo yo mismo.

¿Qué opinas sobre fotocopiar tanto?

Gracias a las fotocopias, hacer libros es más fácil. Es la razón principal por la que pude hacer un montón de cosas cuando estaba empezando. Estoy acostumbrado a editar libros antes de la revolución digital, sin embargo no es la única técnica de impresión que utilizo.

Entonces, ¿cuál era la idea detrás de darle forma de guía telefónica?

Directory se refiere al formato y no al contenido. La idea del libro es aproximarse al ruido visual con el que nos bombardean día a día. Son todas las cosas que puedes ver pero no puedes procesar; todas las revistas, vallas publicitarias y anuncios con los que estás en contacto, junto con fotos de gente que he conocido en Nueva York.

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¿Así que es una manifestación en contra de eso?

No creo que sea algo malo, así que no estoy descargando mi ira en su contra. Es la banda sonora de tu vida. No está planeada o compuesta de forma específica.

TEXTO DE JONNIE CRAIG

FOTOS DE ARI MARCOPOULOS

Directory ha sido publicado por Nieves/Rizzoli. Más en Nieves.ch.