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Cultură

Lo que siempre quisiste saber y nunca te atreviste a preguntarle a un mago

Hay cosas más interesantes más allá de saber cómo hacen eso de cortar a alguien por la mitad.

Todas las fotografías cortesía del Mago Pota

Siempre han rondado a mi alrededor una suerte de mitos y rumores sobre el apasionante mundo de la magia en fiestas infantiles y comuniones.

Rollos a escondidas con madres ansiosas de echar una canita al aire con aquel desconocido al que le darán una buena propina, animales en la chistera que puede que más tarde acaben en una barbacoa o algún número fastidiado por un gracioso que considera oportuno compartir el truco con los demás espectadores mientras se está ejecutando. Visto desde fuera, puede parecer un panorama interesante. Para confirmar o desmentir esos mitos, hemos hablado con el [Mago Pota](mago Pota), un artista con más de siete años de experiencia a sus espaldas y que a día de hoy tiene tres espectáculos en marcha.

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VICE: Hola, Mago Pota. ¿Crees realmente que existe la magia?
Mago Pota: Sí. Totalmente. La magia existe. Yo creo mucho en la magia, incluso en los juegos que hago, a veces me sorprendo a mí mismo y pienso cómo ha podido suceder.

Siempre pasan cosas inesperadas, cosas que no crees que puedan pasar, pero aun así ocurren. En esto consiste la magia. En los espectáculos, lo que hacemos es simular o crear una falsa ilusión, pero la magia existe en muchos otros ámbitos aparte de en esta vertiente artística.

¿Es verdad que se folla con eso de la magia?
En mis primeros años como mago solía salir de noche con mis cartas para poder conocer alguna chica. Hay un juego que no falla: pides a otra persona que te diga la carta que quiera y le dices que mezcle las cartas y que coja una. Justo la que coge es la carta que ella te ha mencionado. Este suele sorprender mucho. Después de un espectáculo, recibo muchos mensajes de gente de edades y sexo distintos tirándome la caña, así que supongo que sí que se debe de follar más gracias a eso.

¿Alguna vez te has ligado a alguna de las madres que llevan a sus hijos a tus espectáculos?
Recuerdo que una vez lo pasé realmente mal encima de un escenario. Resulta que siempre hago una coña entre los padres del público y, para demostrar que no me conocen de nada, les digo que me den la mano para presentarnos, luego dos besos y finalmente les pido así en broma que me den un pico. Un día subió al escenario una señora de unos cincuenta años que iba como las cabras y que quería darme el beso sí o sí. Incluso me siguió cuando yo me escabullí de ella y el espectáculo quedó interrumpido por un instante. Lo pasé fatal. La verdad es que nunca me he acostado con ninguna madre, pero sí es verdad que siempre acabas dejando a alguna tan enamorada que después no sabes cómo quitártela de encima sin parecer un gilipollas.

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Cuando te toca un niño tocapelotas de público, ¿qué piensas y te abstienes de decir?
Pienso, "Ojalá tuviese poderes reales: lo haría desaparecer o lo convertiría en un conejo o una rana".

Una vez, en una comunión, había un niño que tenía muchas ganas de subir al escenario. Le hice subir, pero cuando le pedía que hiciese algo, decía que no y se reía. Me boicoteo claramente el número.

Cuando pasa algo así, la clave es no seguirle el juego. Esta clase de niños te destrozan el espectáculo. Cuando no te siguen el rollo, el juego pierde ritmo y gracia. La magia acaba no haciendo efecto y además te toca muchísimo los cojones. También hay otra clase de gente que te intenta ayudar y lo hace fatal. Esto es incluso mucho peor.

¿Has querido matar a alguien cuando de repente ha revelado el truco en voz alta?
Matar, lo que es matar, no. Bueno, quizás en aquel momento sí. Es cuando dices: "¡Me cago en la madre que te parió!".

Hay mucho listillo suelto que cuando saco las cartas dice: "Ya se qué juego harás". La mayoría de veces no tienen ni idea, pero da igual, igualmente lo dicen. Al final del juego es lo típico que te sueltan: "Ah… ya sé como lo has hecho". Aunque no sea cierto lo que digan, a ti ya te han tocado las pelotas. Cuando te dejan en evidencia encima de un escenario cuesta mucho volver a salir a flote.

¿Sufren las palomas y los conejos cuando los haces desaparecer? ¿Qué haces con ellos?
Yo no utilizo animales en mis números precisamente por eso. Pobrecitos. La mayoría se mueren fuera del escenario, y alguna vez ha pasado que han muerto durante el juego. Pasa raras veces, porque la mayoría de los magos cuidan muy bien de los animales y los quieren muchísimo. Hay quienes incluso les organizan un funeral cuando mueren.

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¿Has actuado alguna vez borracho?
Una vez actué con alguna copa de más. Fue en Alemania, en el Festival Internacional de Teatro de Stuttgart. Hice un show que fue de cojones. Era bastante corto, de diez minutos, pero gustó muchísimo. Al principio no quería actuar, pero como iba bebido bastante al final, poco me importó.

Realmente los alemanes se partieron de la risa (cosa bastante rara en ellos). Alguna otra vez he actuado un poco contento, de aquello que se te traba la lengua que da gusto. Yo soy bastante de improvisar, por lo que ahora me he prohibido a mí mismo beber ni una sola cerveza para que todo salga bien.

¿Te has considerado alguna vez un farsante?
A mi mismo, no. A ver, ya sabes que lo que haces es artístico, que no es real, vamos, aunque para la gente sea real en el momento en que lo ven. A otros magos sí que les considero unos farsantes. Hay magos que utilizan elementos que yo no considero correctos para llegar a crear un efecto. Para mí los magos que tratan de tonto al público también son unos farsantes.

Hay varias cosas a tener en cuenta para saber si uno es un buen mago o no: la técnica mágica, la elaboración del espectáculo, si imita a otros magos o no y como trata al público en escena. Para mí todos esos factores son muy importantes.

Un bolo de magia estándar cuesta unos 300 euros por una hora. ¿Merece la pena pagar 200 euros más cuando un mago novato te puede costar 100?
Es un tema bastante controvertido. Yo creo que 100 euros es muy poco, pero depende del gusto del consumidor. Creo que pagar 100 euros por espectáculo es desmerecer el arte de la magia. Pasamos muchísimas horas aprendiendo a hacer magia, preparando los números y currando muchísimo para que todo salga bien. Normalmente, lo mínimo estipulado son 300 euros. Sí es verdad que a veces hay magos que lo hacen por menos, normalmente cuando necesitan dinero rápido. Yo personalmente creo que merece la pena pagar 300 en vez de 100 para tener un buen espectáculo que puedas recordar de por vida. Pero eso es solo una opinión.

¿Has hecho trampas alguna vez en algo utilizando la magia?
Muchas. De hecho, mis amigos ya no me dejan ni tocar las cartas cuando jugamos al poker. Cuando juego con otra gente que no sabe que soy mago o que bien confía en mí, sin querer hago aparecer algún as debajo de la manga. Supongo que es una deformación profesional. Cosas más gordas, en plan utilizar la magia para robar, de momento no toco el tema. Yo creo que no lo podría hacer nunca. Sé hacer magia, pero me conozco perfectamente y sé que se me notaría de lejos que estoy intentando robar algo.