Conejos, flores y algo de Boardwalk Empire en Guadalajara

Sobrevivir un periodo de ley seca no debe ser tarea fácil. El alcohol es un buen lubricante de la vida. Pero por muy adversa que sea la situación, por muy empolvada y tediosa la vida, la ropa es algo por lo que vale la pena levantarse. O caerse. Pero siempre con estilo. Y así, al igual que los personajes de Broadwalk Empire transitan elegantes, con vestidos que contrastan con sombreros o diademas que son todo un statement ante situaciones complicadas, dramáticas o, ya en una de esas, trágicas, cuatro jóvenes diseñadoras tapatías bocetan prendas que son viajes a los años veinte, a fotogramas de la Nouvelle Vague, a torcidos cuentos infantiles o al clóset de la abuela, pero sin el tufo a naftalina. En el trabajo de cada una de ellas hay una búsqueda de expresión e intención de cambiar el panorama de la moda en México y la visión de que acá, en los lares de la tierra mojada, también se estila con creatividad.

Three Sisters

Hubo una época en la que Karla trabajó en almacén. Su estilo y gusto por la moda causó tal conflicto en aquella empresa que los uniformes se hicieron obligatorios. “Luego los prendedores y las bufandas fueron otro problema”, recuerda.

Karla Ochoa es una apasionada de la moda y el diseño, tanto que ha apostado fuerte en más de una ocasión por esta pasión: desde trabajar en una bodega, renunciar a trabajos con un sueldo fijo hasta invertir todos sus ahorros en un taller y estudio de moda: Three Sisters Little House, ubicado en una de las calles del barrio de Santa Tere.

“De niña, mi mamá me mandaba a hacer ropa con una costurera y con los retazos de tela que me robaba hacía vestidos a mis muñecas. Era feliz”, cuenta Karla, quien nombró Three Sisters a su marca porque como la menor de tres hermanas terminaba usando la ropa que a las mayores les quedaba grande y al no ser de su estilo optaba por “cortarla, la deshacía, agarraba las servilletas de las tortillas de mi mamá y le quitaba los bordados y se los ponía, en fin”.

Sus diseños son una oda a la feminidad: coloridos y llenos de detalles, sobre todo de flores. Muchas flores. “Amo las flores, me encantan”, expresa y la voz se le transforma mientras relata cómo hace muchos años las mujeres usaban flores hasta en los sombreros y se camuflaban con elegantes papeles tapices hasta parecer jardines flotantes. “La moda es también un movimiento artístico como puede ser la pintura, la arquitectura. Es algo para que la gente se pueda expresar, y si lo haces con el corazón jamás pasará de moda”.

Facebook: Three Sisters. 

Primer Cuento

Pieles de leopardo que se encuentran con telas metálicas. Plataformas de madera que recuerdan a María Antonieta. Zapatos que en sí son garantía de estilo único. “Mi marca se llama Primer Cuento porque creo que al momento de vestirte narras algo, te expresas. No necesitas decir quién eres, con que la gente te vea es suficiente para que tu personalidad hable. En general todo el diseño es muy narrativo”, detalla Norma López sobre su proyecto, Primer Cuento, el cual se enfoca particularmente en el diseño de calzado pero sin dejar de lado la creación de prendas y accesorios.

La inquietud de Norma por el diseño nació cuando era niña y se perdía en “gigantesco closet” de sus tías, donde encontraba prendas que luego transformaba. “Es algo que traes. Yo desde muy chica tenía una inclinación al diseño. Me gusta mucho la arquitectura, el diseño industrial, todo tipo de diseño”.

A Norma le gusta experimentar con texturas y colores en sus propuestas. “Juego mucho con los textiles. Lo que hago en la ropa lo estoy experimentando en los zapatos”. La arquitectura, el trabajo del japonés Issey Miyake y el arte son algunas de las inspiraciones de Norma al momento de crear, pero sobre todo, como muchas chicas, es lo que desea vestir lo que más le inspira, “lo que yo quisiera calzar o vestir”.

Facebook: Primer Cuento.

Bosque Bosquejo

Citlalli siempre se imagina animales vestidos. “Floral, animaloso”, define su estilo de diseño que se materializa en delicados bordados, en ilustraciones de mapaches que presumen coquetos vestidos, en conejos que resguardan sus orejas en cálidos hoods, en sexys zorras que visten blusas transparentes.

“Es como una cosa de sentir, tus sentimientos te llevan y tu vida hacía eso. Nunca me pregunté por qué quería dedicarme al diseño, siempre supe que de ahí era. Desde chiquita hacía ropa para mis muñecas, las traía todas transformadas. Empecé a hacer ropa para mí, ahí entendiéndole al patrón, sin saber nada. Siempre me gustó todo lo relacionado al diseño, no me limitaba solo a la ropa. Cuando diseñas estas narrando tu vida, tus experiencias, ahí va todo”, comparte Citlalli, con su cálido y desenfadado modo de hablar.

Sobre la escena de diseño en Guadalajara opina que se está consolidando, que existen más oportunidades para los creadores y que el gusto de la gente está cambiando. “Ya somos algo. La gente ya se está acostumbrando a ver cosas mexicanas y ya no las compran sólo porque es mexicano, sino porque está bien hecho”.

Facebook: Bosque Bosquejo.

Karikatura

Karina Vizcarra estudió Artes Plásticas en la Universidad de Guadalajara, y fue la inquietud de llevar su obra a otras posibilidades la que la llevó a incursionar en el diseño.

“Empecé a hacer accesorios y bolsas pintadas a mano para mí. Llamaron muchísimo la atención y fue así que decidí dedicarme a esto de lleno y ahora ya también diseño ropa. Mi intención es difundir mejor mi obra plástica y sacar de contexto los objetos utilitarios de la vida diaria hacerlos algo más artístico”, explica.

La curiosidad de Karina hacia el arte nació desde que era niña, cuando pasaba horas y horas dibujando. Actualmente sus trazos dan forma a cabezas de zorros o pájaros que en guardan en su interior todo un mundo de objetos, de cosas que las mujeres suelen cargan en sus bolsos.

“Mi estilo es divertido y atrevido. Mi principal inspiración es la belleza animal. Los animales tienen muchísima personalidad y a partir de eso creo los personajes para mis pinturas, collares, bolsas. Cada pieza por sí sola te está diciendo algo, los personajes que hago siento que toman vida y algo te dicen”.

Facebook: Karikatura.

Purpurina

Cariño Tavera pudo haber sido Adelina o María de los Ángeles. Es, gracias a la determinación de su madre, Cariño y es también la creadora de Purpurina, una de las firmas que se exhiben en Unknown Showroom una interesante boutique que se ubica en la zona de Chapultepec.

“Purpurina es la diamantina en España, es una analogía de cuando eres niña y todo lo que tienen brillitos te gusta y te hace sentir especial, te pones una corona con brillitos y te sientes princesa”, explica Cariño sobre su marca que tiene propuestas como vestidos florales que esconden sugerentes transparencias, prendas con encaje y contrastes en las texturas y patrones.

A esta joven el gusto por la moda le viene de niña, todavía recuerda que su mamá tenía una máquina de coser “de esas viejitas”. Tras salir de la preparatoria, no sabía qué hacer de su vida, solo tenía la certeza de que tenía que ser algo relacionado con la creatividad. Se graduó como diseñadora de modas con un vestido inspirado en la estética de los años veinte y el resto ya es historia. “Para mí la moda es un medio de expresión, un arte que no está reconocido. La manera en la que se viste una persona te puede decir casi todo”.

Facebook: Purpurina.