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Conseguir una mina de lápiz perfectamente afilada es ya todo un arte, pero las detalladas esculturas de grafito de Salavat Fidai son algo completamente de otro nivel. Bajo sus dedos, la punta de un lápiz puede convertirse en cualquier cosa, desde una estatuilla de los Óscar del tamaño de una uña, hasta una diminuta mano presionando una lata de espray. En su Instagram, puedes ver otras de sus alucinantes microobras de arte, entre las que se incluyen la Noche estrellada de Van Gogh reproducida sobre una semilla de calabaza y el autorretrato de Rembrandt adornando una caja de cerillas.Puedes comprar las obras de Salvat Fidai en su página de Etsy.Artículo vía Faith Is TormentTraducción de Rosa Gregori.Artículos relacionados:Londres se llena de instalaciones de arte urbano en miniaturaNanosculturas elegantes se acomodan en el ojo de una agujaEstos mandalas relucientes no son cristales, son organismos microscópicos
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