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Los viejos militares fachas quieren convertirse en artistas urbanos

Preparan una intervención artística para llenar de banderas nacionales todos los balcones de España el próximo 27 de septiembre, fecha de las elecciones catalanas.

No es ningún secreto que las escuelas y facultades de Bellas Artes nos han hecho mucho daño y sus secuelas ya han sido retratadas con precisión en Museo Coconut, el tebeo Art School Confidential o en cualquier performance del montón. También en las calles. El afán de notoriedad de los poetas visuales hace que invadan a menudo el espacio público con sus obras. Lo llaman arte urbano y, de vez en cuando, perpetra buenos atentados estéticos. Uno de lo últimos cubrió con mensajitos cursis los pasos de peatones de Madrid ("Me sentí astronauta perdido en tus lunares").

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Ahora nos enteramos de un proyecto visual que, en la línea de acciones masivas como la que hace unos años se adueñó de las marquesinas de autobuses de la ciudad, pretende llenar el 27 de septiembre todos los balcones de España con banderas nacionales. Su impulsor es el teniente general Emilio Pérez Alamán y le acompañan un grupo de jubilados ex altos cargos del Ejército, como el general Dávila o el general de división Juan Antonio Chicharro. Juntos han diseñado una intervención ambiciosa de gran formato. ¿Arte o vandalismo? El debate no se ha hecho esperar.

El propio Pérez Alamán explica que su plan es que los ciudadanos exhiban la enseña nacional "en todos los lugares posibles, fachadas, vehículos, sobre sí mismos, donde estimen sea más visible". Y aclara que no son imprescindibles grandes banderas, porque "los colores rojo y gualda se editan desde pines, pulseras, prendas de cabeza, pañuelos…". Teme una "falta de respuesta", pero al mismo tiempo confía en que la gente compartirá la idea con sus contactos y amigos. Su fe en las redes sociales es ciega y por eso pide que se cuelguen ahí "los documentos gráficos de la demostración".

Difunden imágenes para que, quienes no tengan balcón ni ventana, las puedan compartir en redes sociales.

Este colectivo de militares aspira a que, con las banderas ondeando en las fachadas, el paisaje de nuestras ciudades se equipare al dibujado "cuando la selección española de fútbol ganó el Mundial de Sudáfrica o las eurocopas". Por otro lado, no descartamos que la convocatoria forme parte de una competición artística porque en su manifiesto sugieren que existe otra plataforma que ese mismo día hará algo muy similar en Cataluña, pero usando senyeras y esteladas. Los bazares chinos, principales proveedores de artículos con motivos rojigualdas, se frotan las manos ante la demanda que podría provocar una instalación urbana de esta envergadura.

Podría sonar de fondo El Imperio contraataca de Los Nikis.