FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Así que has decidido ir solo a un concierto

Vale, has decidido ir a un concierto tú solo. Quién sabe cómo has acabado en esa situación.

Vale, has decidido ir a un concierto tú solo. Quién sabe cómo has acabado en esa situación. Tal vez a ninguno de tus amigos le interesa ir contigo a ver a esa banda de jazz fusión post-freak-folk. Qué raro. O puede que no consiguieras que metieran en la lista a ninguno de tus colegas porque los organizadores todavía no saben lo importante que eres. O quizá ninguno de tus amigos tiene la pasta para comprar la entrada. O simplemente estás en un proceso de transición entre grupos de amigos. Sea cual sea la razón, estás en el concierto, completamente rodeado de gente feliz y tú estás total, absoluta y completamente solo. Está bien. Nos parece bien. Tú estás bien. Todo está bien. No tiene por qué ser una experiencia megadeprimente, en absoluto. Sigue estos sencillos pasos que te servirán de guía para ir solo a cualquier concierto y tu noche solitaria puede convertirse en una agradable experiencia.

Publicidad

#1: DEJA de mirar LA PANTALLA de tu móvil

Vale, los móviles están guay. Lo entiendo perfectamente. Yo también tengo uno. Además, los móviles que hacen hoy en día tienen tantas prestaciones que es posible medio-entretenerte con ellos de mil maneras diferentes. Y si eres lo suficientemente espabilado para saber cómo dominar su tremendas posibilidades de conexión con el mundo, un móvil te pueden conectar de inmediato con un montón de gente increíble, con talento y éxito que en realidad nunca conocerás en persona, con la que nunca vas a salir por ahí y que nunca te van a dar un trabajo más o menos tolerable. Aun así, el móvil no te está ayudando nada a la hora de ir solo a un concierto.

Para empezar, es muy probable que no tengas conexión o que sea tan débil que no puedas ni cargar una foto de Instagram. Es verdad que tu móvil te puede ayudar a no aburrirte entre una banda y otra, pero eso no es bueno. Porque tal vez, si no tuvieras la jeta pegada a la pantalla podrías hacer contacto visual con alguien a tu alrededor y empezar una conversación. Quién sabe a dónde te puede llevar eso de la interacción humana. Podrías conocer a una persona interesante.

Tal vez a un inventor, un biólogo marino, un astronauta o hasta a un director de estrategia de marketing digital, yo que sé. Puede ser que estés cruzando las primeras palabras con tu futura pareja o puedes descubrir que compartes el mismo dentista con esa persona que está allí de pie junto a ti en medio de toda esa gente. Cualquiera de estas cosas es mejor que simplemente mirar la pantalla de tu móvil. Porque las pantallas no son la vida real. Alguien tenía que decirlo.

Publicidad

NOTA IMPORTANTE: Si estás mirando el móvil durante el concierto, ¿por qué te has molestado en salir de casa?

#2: recuerda la REGLA DE ORO: "A NADIE LE IMPORTA"

A nadie le importa. A nadie le importa. A nadie le importa que estés solo en un concierto. No puedo enfatizar esta regla lo suficiente, por eso la he repetido unas cuantas veces. Mucha gente ni siquiera se va a dar cuenta de que has ido solo. Todos los demás asistentes están demasiado ocupados documentando lo felices que son haciendo fotos con sus móviles y publicándolo en las redes sociales para que todos sus increíbles, talentosos y súper exitosos amigos que nunca han conocido y nunca van a conocer puedan pasar de ellos sin darles "like". No te van a ver ahí solo. Pero, ¿por qué ocurre esto? Pues bueno, porque la gente puede ser bastante ególatra. Y si es que alguien se llega a dar cuenta de que estás ahí solito tampoco le va a importar nada. ¿Por qué? Porque a nadie le importa.

"¡Joder! Mira a ese idiota ahí parado. Viene solo."

"¡Sí! Ese tarado no tiene amigos. ¡Jaja! Hay que reírnos de él en lugar de ver a la banda".

No. Eso no pasa. A nadie le importa. Claro, esta idea te puede joder si te obsesionas con ella. Pero el universo es tan grande y nosotros tan pequeños. Nuestra existencia es completamente insignificante. Polvo eres y en polvo te convertirás. En realidad esta regla de oro de "A nadie le importa" te puede liberar para que hagas lo que quieras hacer y te conviertas en una persona feliz, segura y encantadora. Entonces, más vale que vayas considerando sacar de tus ondas cerebrales esta inseguridad particular y completamente comprensible. Si olvidas todo lo que acabas de leer, por favor no olvides esto: A Nadie. A nadie. Le importa*.

Publicidad

*Bueno, tal vez lo noten dos o tres personas que conoces.

#3: TODOS BAILAN SOLOS

Esto es un ritual colectivo. Colectivo de verdad, no como esa fantasía de colectividad que te da tu móvil. Un concierto, una película, una obra de teatro, un maratón, una pelea, todos son ejercicios pensados para disfrutar en masa. Pero sobre todo un concierto es una práctica dionisiaca que solo tiene sentido si hay mucha gente. Y todas esas personas se disuelven en una multitud insignificante en donde no importa nadie. Las individualidades sobrevaloradas se pierden en el anonimato de la multitud. ¿Vas entendiendo? En realidad, todo el mundo va solo. A la hora de bailar, todos bailan solos.

#4: NO bebas SoLO POR TENER ALGO QUE HACER

Beber es demasiado caro. Si eres una persona consciente de tu presupuesto (pobre) como yo, sabes que las cervezas en los conciertos pueden multiplicarse muy rápido. Si tu prioridad número uno es acumular vasos de cerveza más que ver a la banda, quizá lo mejor es que te quedes en tu casa viendo algo en la tele o en tu ordenador como la sexta temporada de Frasier. Estás solo en esta batalla. Si estás solo durante unas cuantas horas en medio de tanta gente, es muy probable que te pongas a beber solo para estar tranquilo y algo ocupado en los descansos entre bandas. Ve a hablar con alguien. Es bastante más barato. Y si el dinero no es problema para ti, ¡guay! Quedemos algún día para ir a un concierto y así me cuentas lo guay que es tu vida. También me puedes invitar a unas cuantas copas.

Publicidad

#5: SI YA NO QUIERES quedarte, VETE

¿Sabes qué? Puedes abandonar el barco. Ahuecar el ala. Evacuar la zona. Largarte de ahí cuando te de la gana. Si no te está gustando lo que estás viendo o estás cansado o tienes frío… Puedes irte a tu casa. No tienes que informar de tu salida prematura con anticipación a nadie. Tampoco tienes que mentir como un bellaco. Eso pasa a veces. Te quieres abrir pero no te apetece lidiar con los reproches de tu acompañante, entonces dices que "vas al baño". Cuando sabes perfectamente que "baño" significa más bien "taxi". Está bien. Tampoco hay que autocastigarse demasiado con eso a la mañana siguiente cuando te sientas extremadamente culpable y te autoproclames una persona horrible. Simplemente tenlo en cuenta y no lo vuelvas a hacer, tío. Pero esta vez no tienes que pasar por eso. Si te quieres ir después de dos o tres canciones porque ya has hecho una foto con tu móvil que retrata perfectamente lo bien que te lo has pasado para que toda esa gente increíble, talentosa y súper exitosa que nunca vas a conocer pueda ignorarla por completo, ¿sabes qué? Puedes. Nadie va a saber a qué hora te has largado.

#6: SI NO TE QUIERES IR, QUÉDATE

Cuando vas a un concierto con más gente, siempre hay alguien que tiene una excusa para irse y la presión social puede hacer que también te acabes marchando.

"Me tengo que levantar temprano mañana".

"Tengo que… ir a… darle de comer a mi gato".

"Tengo escoliosis y me duele la espalda si estoy mucho tiempo de pie".

Excusas. Todo el mundo tiene de esas. Quédate. Cómetelo todo. Eso es lo que hacen los ganadores. Además, estás ahí solo. Eres un campeón.

Pues bueno, estas son nuestras recomendaciones. Ojalá las tengas en cuenta y te ayuden a pasarlo bien la próxima vez que vayas a un concierto tú solo. Inténtalo. Yo lo hago mucho ya que actualmente estoy en un proceso de transición entre grupos de amigos. Y te digo, es lo mejor*.

*(Bueno, eso cuando no es terriblemente deprimente).