La muñeca Barbie ha sido alabada como abucheada por muchas razones en los últimos años. Mientras unos la idolatran por ser una chica guapa que ha trascendido generaciones incursionando en todas las áreas laborales habidas y por haber (doctora, surfer, rockstar, abogada, princesa, astronauta, entre muchísimas otras), otros la acusan de ser una emisaria de la opresión a la mujer, especialmente por los paradigmas estéticos que la muñeca implanta en los infantes que juegen con ella.La rubia más famosa del siglo hace unos años incursionó en el mundo de la música electrónica cuando lanzó sus tornamesas para las niñas que sientan el llamado del Dios del beat.Con los movimientos en pro de la equidad y la lucha por romper los estereotipos de género más vigente que nunca, este juguete rosa lleno de brillos y con una publicidad 100% dirigido a las niñas podría resultar poco conveniente, aunque aún así no podemos negar que este aparatito puede ser el primer paso de muchas niñas y niños a explorar sus inquietudes de mezclas musicales.Todos en algún momento de nuestra infancia tuvimos ese primer acercamiento a las maravillas de la música y el audio. Recuerdo la mía entre cassettes en blanco con los cuales grababa por las noches los sets houseros que pasaban por la radio en un no tan lejano Monterrey en 1998. Seguramente haber tenido más opciones de juego relacionado con la música y la mezcla de sonidos hubiera sido una delicia para mis inocentes oídos. Barbie no es del agrado de todos, pero¿Ustedes que opinan fellow DJs?
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