FYI.

This story is over 5 years old.

Sexo

Hice una replica exacta de mi pito desde la comodidad de mi casa

La cosa se empezó a poner dura. Literalmente.

No sé por qué alguien querría hacer una réplica de su pito. Se necesita un gran ego para creer que tu pene es tan único como para inmortalizarlo en yeso. De todas formas, Empire Labs comercializa su kit moldeador de pene para uso doméstico "Clone-a-Willy" como una broma para las parejas que disfrutan de un poco de perversión. Yo soy soltero, pero aún así tenía que probarlo.

Empire Labs tiene muchas opciones disponibles. Puedes hacer una replica de tu pene color verde fosforescente que brilla en la oscuridad; también hay kits de chocolate, y una versión en la que podrás moldear tus bolas por $10 adicionales. La compañía existe desde mediados de los años 90, y a estas alturas está claro que los creadores se han esforzado por inmortalizar el pene erecto en todos los ángulos posibles.

Publicidad

El proceso es bastante sencillo: el kit viene con un tubo de plástico largo, una bolsa de polvo para moldear y un frasco de yeso gelatinoso. Mezclas una taza de agua a 90 grados con el polvo, y te  va a quedar como una masa gruesa de lodo. Luego, pasas esa gelatina al tubo de plástico, te lo pones duro y lo metes. Cuando la mezcla se endurece, sacas el pene, dejando una forma fálica ahuecada. Viertes el yeso en el agujero que acabas de hacer, y ¡listo! En 24 horas tendrás en tus manos el molde de tu pito y lo admirarás con tu enorme arrogancia.

Podrá sonar muy fácil, pero todo el proceso se tiene que hacer en unos dos minutos. El gel para moldear se solidifica muy rápido, por eso necesitas parártela y meterla al tubo de plástico rápido. En YouTube, puedes encontrar algunas monstruosidades generadas por un simple error de cálculo de física o química.

Todas las fotos son de Kelsey Lawrence

Parecía muy difícil seguir todos eso pasos yo sólo, así que mi amigo Alex, mi ex-novia Kelsey, y yo escogimos un sábado que no teníamos nada que hacer para perfeccionar la alquimia. Nuestro plan de batalla era simple: ellos harían la mezcla mientras yo me sentaba en el baño a jalármela para ponérmelo lo más duro posible. Cuando la mezcla estuviera lista, me entregarían el tubo de plástico, introduciría mi pene y disfrutaríamos de la victoria.

Moldear mi pito fue, sin duda, una de las pruebas más estresantes de mi vida. Eso es lo bello de la experiencia: te ofrece un nivel de ansiedad que nunca podrá ser igualado por ninguna película de terror o casa embrujada. Entonces, estaba solo en el baño de mi amigo viendo porno en mi celular, jalándomela desesperadamente. Estaba súper emocionado, como si me hubieran pedido que jugara en el Super Bowl.

Publicidad

Por fin logré un flácido 75 por ciento de erección. Kelsey y Alex me dijeron que la mezcla estaba lista y me entregaron un tubo de yeso cuajado y tibio; miré hacia abajo y de inmediato se me bajo. Nunca había tenido tantos problemas para hacer que se me parara, pero al parecer la presión del momento fue mayor que mi virilidad. Sabía que quizás me quedaban 45 segundos antes de que el yeso se volviera demasiado sólido para penetrar, así que me adentré en una de las sesiones de masturbación más intensas de la historia.

Mi pito aún estaba flácido y el yeso se endurecía, así que las esperanzas de lograr algo parecido a una erección respetable estaban disminuyendo. Pude haber tomado viagra y lograrlo pero en vez de eso, metí al tubo mi triste pito tan adentro como pude. Me senté allí mientras el agua fría y harinosa empezaba a solidificarse, y mi mente quedó en blanco. Pensé en todos mis pecados. Pensé en mi madre. Pensé en el semestre extra que tomé para terminar mi carrera de periodismo.

Regresé a la cocina para mezclar la silicona y empezar el proceso de 24 horas. Escogí el rosa, porque creo que así debe ser el molde de un pene débil. Desafortunadamente, debí haber confundido a la ciencia o algo así, porque mi molde nunca se solidificó. Al contrario, parecía como un volcán de plástico derretido, supongo que esa es la forma que Dios escogió para rechazarme.

Seguramente fue mi culpa: había varios tarros de silicona en la mesa, y probablemente mezclé el que no era. Lo intenté otra vez con un tipo de yeso diferente y tuve mejores resultados.

¿Y sabes qué? Estoy totalmente bien con el hecho de no tener más de una versión de mi pito en mi casa. Sería diferente si estuviera saliendo con alguien, y ella me pidiera un molde de mi pene para tener una reserva, pero si piensas comprar uno nada más por que sí, deberías reconsiderar tus prioridades. Nadie debería confiar en un hombre que piensa que su pene necesita un gemelo.

Sigue a Luke Winkie en Twitter.