Mexicanos crean el chaleco inteligente que cambiará el ciclismo urbano

Es difícil ser ciclista en una ciudad en la que todavía la cultura no esta completamente asimilada. Falta de carriles, señalamientos y coches inconscientes, sólo por nombrar un par, son varios de los retos que los cilistas se tienen que enfrentar todos los días. Buscando eliminar esta brecha entre automovilistas y ciclistas, que normalmente es la fuente de los problemas, surge Tuibo. Una iniciativa nacida en las aulas de la Universidad Autónoma de México, por parte de José Bañuelos, José Alfredo Carsi y Jorge Adrián Vizcayno que ayudará a los ciclistas a tener una convivencia más sana y segura con sus alrededores.

Entre muchas otras cosas, el chaleco Tuibo presenta la posibilidad de señalar si se va a dar vuelta, una luz frontal y una trasera, y es ajustable en caso de que el usuario trae mochila, claxon. Y finalmente, su instalación es increíblemente fácil, simplemente hay que deslizar el control al manubrio de la bici y ya está, el chaleco está listo para usarse. Puedes ver todas sus funciones en el video, abajo.

Platicamos con José Bañuelos para saber más sobre esta iniciativa, su creación y el impacto que busca generar. Este viernes empezará la campaña de venta y producción del producto en Kickstarter, si quieres saber más visita el sitio de Tuibo. Puedes leer la entrevista abajo.

¿Cómo surge el proyecto?

Desde muy temprano en la carrera, Alfredo, Jorge y yo nos conocimos cuando cursábamos Ingeniería Mecatrónica en la UNAM. Desde entonces hacíamos los proyectos juntos y en los últimos semestres en una materia en particular se nos presentó el reto de hacer un Wearable Device. Después de estar dando muchas ideas surgió la de hacer un chaleco para ciclistas que tuviera las misma indicaciones viales que un automóvil pero en una prenda de ropa, es así como nace Tuibo en un aula de la universidad.

Con el paso del tiempo nos dimos cuenta que el proyecto tenía mucho potencial, por lo que lo inscribimos a un concurso de emprendedores que hace la Sociedad de Exalumnos de la Facultad de Ingeniería (SEFI) donde fuimos acreedores del primer lugar y con ello un capital semilla para poder desarrollar el proyecto y lograr después de casi un año pasar de un prototipo funcional a un producto comercial.

Y ahora ya teniendo los prototipos comerciales haremos la campaña de Kicktstarter, debido a que si se necesita una inversión inicial fuerte para poder echar a andar el proyecto.

¿Cuál fue la dificultad más grande cuando se empezó a desarrollar?

El reto más grande fue pasar de un proyecto escolar a un producto comercial y todo lo que eso implica, es decir, el obtener proveedores de piezas que son muy comunes para adquirir aquí en México pero no para manufacturar conforme a diseño propio. Por lo que nos vimos en la necesidad de buscar manufacturadoras fuera de México, en este caso China. Lo cual representa mucha dificultad, primero que nada en la comunicación, que entiendan el proyecto y nuestros diseños y después que nos manden muestras para poder revisar calidad y hacer pruebas.
Al mismo tiempo que hablábamos con proveedores y obteníamos cotizaciones, trabajamos en el diseño, debido a que no es lo mismo diseñar una pieza para que sea estética que diseñarla para que se pueda manufacturar con moldes e inyección de plástico.

Lo que resultaba muy difícil con los proveedores es que nos tomaran en serio, muchos por ver que era un proyecto en crecimiento no nos hacían caso o no contestaban, por lo que nos tardamos mucho en encontrar a uno que nos manufacture y nos mande las piezas a México.

También la parte financiera represento una dificultad, debido a que si recibimos un capital semilla pero había que cuidarlo mucho y mantener un orden de los gastos y por supuesto todo el dinero fue para el desarrollo. Como no podíamos pagar renta para una oficina o lugar donde ensamblar y hacer pruebas, hicimos una fábrica improvisada en el departamento de uno de nosotros.

¿Qué crees que falta para mejorar la cultura del ciclismo en tu país?

Creemos que un punto muy importante es la educación vial en ambos sentidos, es decir, muchos ciclistas no sabemos las normas y reglas que hay para andar en la calle y los automovilistas no están acostumbrados a compartir la calle con los ciclistas. Con Tuibo estamos logrando que haya mayor comunicación entre los ciclistas y automovilistas, ya que con Tuibo podemos comunicar los mismos movimientos que hace un auto. Sabemos que esto requerirá que la gente aprenda a usar esta comunicación y se acostumbre a que una bici también puede indicar una direccional, intermitentes, etc.

También pensamos que a pesar de que ha habido un gran incremento en infraestructura, aun así hace falta. Hay muchas calles en las cuales el carril del autobús es el mismo que el de la bici y esto genera mucho peligro tanto para la gente que se sube y baja del camión como para los ciclistas.

¿Algún comentario?

Con Tuibo queremos lograr que más gente use la bicicleta, reduciendo el tráfico, la contaminación y fomentando una actividad física. Esto lo lograremos haciendo que la gente se sienta más segura, que sepa que son visibles a muchos metros de distancia y que ya no son invisibles para los coches. También como lo mencionamos anteriormente, queremos lograr un cambio en la educación vial, que se tome por igual al peatón, ciclista y automovilista en la calle, que todos sepamos nuestras reglas y las sigamos para poder convivir de una forma más sana en el día a día.

Para estar al tanto del lanzamiento, precios y demás, visita el sitio de Tuibo. Y no olvides que la campaña comienza el 31 de marzo en Kickstarter.

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