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El kayak y las ballenas no son muy amigos

El kayak puede ser muy aburrido... o convertirse en una experiencia inolvidable (aunque no necesariamente para bien).

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Os lo contamos porque nos sabe realmente mal.

Imaginaos por un momento que sois una romántica parejita que se ha gastado 50 dólares para pasar una hora remando tranquilamente en el océano Pacífico cerca de Moss Landing, en California. Estáis disfrutando del agua con total alegría en vuestro kayak cuando de repente aparece un monstruo inmenso de unas 150 toneladas de la nada y salta encima vuestro.

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En serio, imagináoslo. Y si no, ved el siguiente vídeo obviando la publicidad y os haréis una idea:

El kayak para nosotros siempre ha sido la imagen de la calma y la conexión con el agua, una actividad casi espiritual diseñada para reflexionar sobre la existencia humana y refutar a Kant mientras remas. Con este vídeo, sin embargo, hemos descubierto que cuando la naturaleza se pone chunga todo es distinto.

Lo que os aconsejamos es que dejéis en paz la playa de Moss Landing, porque a lo mejor os podría pasar un bicho de estos por encima:

No sabríamos decir cuál es la moraleja del asunto, pero suponemos que sería algo como que las ballenas y los kayaks no son demasiado amigos. O que no reméis con ballenas cerca. O que las ballenas no van en kayak por la playa… bueno, no lo tenemos muy claro, sinceramente. Pero ojo con los kayaks, que son muy imprevisibles (?).