La saltadora australiana Maddison Keeney se marcó un salto estelar en los Mundiales de Natación de la FINA en Kazán, Rusia. Desgraciadamente para la pobre Maddison, los nervios le fallaron a media ejecución y su actuación recibió una nota totalmente redonda: 0,0. Podríamos decir que su salto fue impecable… para un niño de cinco años en la piscina de su casa. Parece que los saltadores filipinos marcan tendencia.
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Con su salto, Keeney cayó del sitio 4 al 12 del torneo. La ejecución que había registrado tenía un grado de dificultad de 3.2, por lo que podría haberse colocado en el podio de no haber dudado en pleno lanzamiento al agua.[Daily Mail Australia]