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La guía para disfrutar el renacimiento de Carson Palmer

Carson Palmer ha pasado por un par de rodillas quebradas, una desastrosa etapa en Oakland, y todo tipo de mala suerte. A sus 36 años está en su mejor forma.
Photo by Mark J. Rebilas-USA TODAY Sports

Los Green Bay Packers se fueron con todo contra Carson Palmer en la primera jugada el domingo pasado en el juego divisional de la NFC. Si la inercia existe en los partidos de la NFL, los Packers pensaron que estaba de su lado —Aaron Rodgers acababa de lanzar un pase hail-mary para touchdown para irse a tiempo extra, justo el tipo de jugada que destroza los corazones de los seguidores más apasionados.

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En aquella primera jugada en tiempo extra, Carson Palmer esquivó la carga defensiva de Green Bay lo suficiente como para completar un pase de 75 yardas con Larry Fitzgerald, quien anotaría el touchdown de la victoria dos jugadas después. La clave de la jugada fue un ingenioso giro por parte del quarterback de 36 años para burlar al linebacker Mike Neal. Cuando a Palmer se le preguntó sobre la jugada para el resumen semanal "Film Room" de la página del equipo, su respuesta fue honesta y fundamental.

"No sé cómo le hice ", dijo. "Pero me alegro que haya pasado."

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La misma frase podría aplicarse con facilidad a la temporada 2015 de Palmer. Se supone que un quarterback no puede hacer su mejor trabajo en su temporada 12. No se espera que encabece la liga en DVOA, y por un buen margen, después de sufrir una lesión de ligamento cruzado anterior a mitad de sus treinta años. No se le considera como un auténtico candidato al MVP, justo cuando muchos de sus compañeros de su edad apenas pueden quedarse en el campo. Es una temporada que tal vez le haga ganar a Palmer el premio al Comeback Player of the Year, y una historia que todos puedan disfrutar, incluso si no se entiende fácilmente.

Lo cual no quiere decir que la gente no quiera entenderla. Cian Fahey, el as de Bleacher Report, analizó la extraña habilidad de Palmer para reconocer cuándo será presionado, cómo moverse lo suficientemente bien para encontrar pequeños espacios en la defensiva, y entregar el balón en perfecta armonía con las rutas de sus receptores como el pasado noviembre. Aunque Palmer nunca pueda deslumbrar con su habilidad para correr, es bastante fuerte y atlético como para evadir castigo y permitirle a sus receptores más tiempo para ponerse a trabajar, incluso con su rodilla reconstruida.

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Cuando todo marcha muy bien. —Foto por Mark J. Rebilas-USA TODAY Sports

Desde luego, tener a los receptores correctos siempre ayuda. De acuerdo a cifras en NFLSavant.com, los pases a Larry Fitzgerald han sido completados el 71.43% de las veces; el porcentaje más alto para cualquier receptor abierto de la liga que ha sido encontrado 100 veces o más. (Recibió 154 veces esta temporada, algo bueno para ser el décimo receptor abierto). Fitzgerald, quien por coincidencia entró a la liga el mismo año que Palmer, tal vez no tenga la misma explosividad —fuero del slot tuvo su marca personal más baja de 11.1 yardas por recepción— pero sus legendarias manos nunca lo traicionan, y por eso Palmer se apoya en él. Fitzgerald tuvo una marca personal de 109 atrapadas esta temporada.

Y aunque Fitzgerald se ha redimido como un as receptor, Michael Floyd y John Brown han sido constantes en los profundo del campo; ambos están en el top 20 de la liga con más yardas por recepción. El novato J.J. Nelson, quien no tuvo suficientes pases para calificar a la tabla de líderes, promedió 27.2 yardas por atrapada. Esta colección de armas le permitió a Palmer completar 64.6 por ciento de sus pases en tercera oportunidad y liderar la liga con 85.1 yardas por intento de pase. Ningún quarterback hace todo el trabajo solo.

Lo cual no es la historia que se contará sobre la temporada de Palmer, porque así no funciona el discurso de la NFL. Su historia, la cual no es injusta ni incorrecta, será de cómo Palmer trabajó para recuperarse de una segunda lesión de ligamento cruzado anterior. Palmer le contó a Pete Prisco de CBS lo rápido que había atacado su proceso de rehabilitación, comenzado a sólo unos días de su cirugía. Habló con Andrea Kramer de NFL Network acerca de los sobres de vitaminas, y de cómo tenía que drenar "la sangre mala" de su sistema. Y le explicó a Austin Murphy de Sports Illustrated cómo vio su lesión como una oportunidad para reconstruirse y sumergirse en el libro de jugadas de Bruce Arians.

Cuando te lo estás ganando una jugada a la vez. –Foto por Mark J. Rebilas-USA TODAY Sports

No es algo nuevo escuchar a los atletas que regresan de una lesión decir que están mejor que nunca. Pero en el caso de Palmer, las horas en el gimnasio y todo el trabajo monótono y desgastante, es posible que no salga a la luz si los Cardinals tropiezan esta temporada. La historia es mejor cuando gana —aquella que habla de su amor y dedicación para salir adelante, y que el trabajo duro finalmente liberó el potencial del hombre que ganó el trofeo Heisman hace más de una década. La historia será tan verdadera, o convincente, dependiendo de su rendimiento.

La esencia de la NFL es orden, estructura, y rutina. Lo que puede ser cuantificado es cuantificado, y lo que no lo es no puede ser comprendido de acuerdo a un guión muy pequeño. Sin embargo, con la revelación de Palmer a estas alturas de su carrera, la diversión yace en el hecho de que no hay explicación alguna. Cuando fue negociado para ir con los Cardinals en sexta ronda después de una miserable temporada en Oakland, todo indicó que sería el final.

Por supuesto, no lo fue. Aunque tenemos los números y los vídeos para explicar su regreso, hay algo por contar de cómo Palmer, por fin, pudo alcanzar la cima. Por una temporada como esta, se ha ganado todo eso. No necesitamos saber de dónde vino. Sólo podemos verlo.