Efectivamente, cuando empezó en esto recibió un manual, que también me muestra. Es un PDF de 13 páginas donde se especifica todo lo necesario para utilizar la web a través de la cual se envían los mensajes falsos a los usuarios estafados. Las explicaciones empiezan por el contador de ganancias, es decir, lo que lleva ganado según los mensajes enviados la trabajadora o el trabajador y termina con el aviso de que, antes de ser enviados, todos y cada uno de los chats son revisados por personal dedicado a corregir: en caso de incurrir en algún error, se le notifica al trabajador qué está mal para que pueda corregirlo.Porque sí, también hay pautas para escribir los mensajes a los usuarios, que pagan por responder, y ahí está el negocio. Cada uno de ellos aparece en la interfaz con un color, que indica cuántos mensajes ha comprado el usuario y cuántos le quedan por consumir. Según sea este número, la conversación ha de adquirir unos tintes u otros, siempre con el objetivo de que compre más."Cada uno de los usuarios aparece en el interfaz con un color, que indica cuántos mensajes ha comprado el usuario y cuántos le quedan por consumir. Según sea este número la conversación ha de adquirir unos tintes u otros, siempre con el objetivo de que compre más"
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La pantalla aparece partida: por un lado, la información del usuario real con el que se va a interactuar junto a su foto. Por el otro, la del perfil falso desde el que se está hablando, en la que se puede ver información inventada relativa a él para que la conversación fluya y sea coherente: gustos, edad, planes para las vacaciones, relaciones personajes —"está muy apegada a su madre", "tiene un hijo de 9 años"—, trabajo —"habría querido ser periodista pero al final me hice abogada y trabajo con mi familia en el mismo bufete"—, etc."El procedimiento es muy sencillo", cuenta Isabel. "Te conectas al panel y en la interfaz te van apareciendo usuarios y sus conversaciones anteriores, respondidas por otras compañeras —o compañeros, nunca he conocido a ninguno, así que desconozco su sexo—. Nunca le envías más de un mensaje seguido a la misma persona, sino que respondes un único mensaje y esa conversación pasa a otro compañero, así que tienes que leer lo anterior para ponerte en contexto. Supongo que lo hacen para que no creemos ningún tipo de lazo con ellos", añade.Además, disponen de un banco de imágenes que contiene desnudos y semidesnuos para poder enviarlos a los interlocutores. Isabel no sabe de dónde salen las fotos, si son modelos pagadas o no. Tampoco sabe para qué webs de contactos trabaja, pero sospecha que son varias. "Una vez sí que leí una mención de un usuario, que me decía que la web era una mierda, que era un engaño, y aludía a ella como Fuegodevida. Googleé el nombre y descubrí un montón de foros que hablaban de que, efectivamente, es una estafa", confiesa.
"Nunca le envías más de un mensaje seguido a la misma persona sino que respondes un único mensaje y esa conversación pasa a otro compañero, así que tienes que leer lo anterior para ponerte en contexto. Supongo que lo hacen para que no creemos ningún tipo de lazo con ellos"
"Una vez, un señor mayor —hay bastantes hombres mayores, aunque también chavales jóvenes, que es lo que más me sorprende— me dio su número. Muchos lo hacen, te dan su teléfono o su mail para evitar seguir pagando por hablar pero nosotros, claro, debemos responder que no, que nos sentimos más seguras charlando por la página. Pero en este caso apunté el número, puse mi teléfono en oculto y le llamé. Le dije que se saliera de esa página, que era una estafa y yo una empleada, no una mujer que buscara citas. Solo lo he hecho en esa ocasión, pero he estado tentada muchas más, como cuando alguien me dice que con el físico que tengo —no yo, los perfiles falsos, muchos de ellos con fotos de mujeres guapísimas—, sabe que no voy a tener nada con él, pero que solo le apetece hablar"."Otras veces", añade, "pienso que se lo tienen merecido, que se jodan. Muchos de ellos —y digo ellos porque nunca me he encontrado con una mujer— te dicen que están casados y que están ahí para serles infieles a sus mujeres de la manera más discreta posible. Y claro, no puedes responderles nada malo, tienes que seguirles el juego". Antes de despedirnos, Isabel me vuelve a pedir que omita su nombre real. Porque no solo necesita el dinero, sino que solo un par de personas saben a qué se dedica. Para el resto, curra en una academia.*Se ha cambiado el nombre de la protagonista para mantener su anonimato.Sigue a Ana Iris en @anairissimon.Suscríbete a nuestra newsletter para recibir nuestro contenido más destacado."A veces pienso que se lo tienen merecido, que se jodan. Muchos de ellos —y digo ellos porque nunca me he encontrado con una mujer— te dicen que están casados y que están ahí para serles infieles a sus mujeres de la manera más discreta posible"