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Así se vio esto antes de que todos lo transmitieran

El ensayo de la inauguración de Londres 2012, parecía de otro planeta.

Hicimos una película sobre Londres 2012. Ve nuestro trailer de La Guía VICE para las olimpiadas aquí.

En las olimpiadas de Beijing en 2008, me quedé despierto hasta las 4am para ver cómo Shanaze Reade se estrellaba en la final del BMX. Cuatro años antes de eso, veía extático cómo Kelly Holmes se llevaba dos medallas de oro en Atenas. Cuando el Comité Olímpico Internacional anunció que las olimpiadas 2012 tendrían lugar en Londres, en el estadio principal de Stratford, a 15 minutos de mi casa, no podía creer mi suerte. Dado mi largo historial como espectador tirado en mi sillón, me ofrecí para trabajar gratis en el equipo de Londres 2012. El eslogan oficial de los juegos fue lo que me convenció: “Inspirar a una generación”. Yo soy esa generación, pensé. ¡Mi momento ha llegado!

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No podía haber estado más equivocado.

Mientras LOCOG (el Comité Olímpico y Paralímpico de Londres, por sus siglas en inglés) se encargaba de retrasar mi solicitud de voluntario, los escándalos comenzaron a aparecer: el inevitable estrés sobre sistema de transporte, la ironía de tener al evento deportivo más importante del mundo alineándose con McDonald’s y Coca, el papel de Dow Chemical en el desastre de Bhopal, el monopolio de Visa sobre los boletos y los productos promocionales, y un montón de cosas que puedes ver en La Guía VICE para las Olimpiadas.

En vista de esta situación, cuando procesaron mi solicitud de voluntario y me ofrecieron el puesto, lo rechacé. Como si me extendieran el ramo de olivo, LOCOG me contactó para decirme que contaba con un boleto de cortesía para el ensayo técnico de la ceremonia de inauguración, que se llevó a cabo el lunes. Si eres parte del clan, #savethesurprise, y quieres esperar para ver el evento esta noche, es momento de dejar de leer.

¡¡¡¡SPOILER!!!!

En la entrada del estadio me recibieron los mejores elementos de seguridad de Su Majestad y sus máquinas vigilantes. A pesar de todas las metidas de pata de G4S (como permitir que un reportero de VICE disfrazado de constructor entrara felizmente a una arena olímpica restringida), esta parte del proceso fue bastante rigurosa.

Lo que no fue tan riguroso fueron los puntos de seguridad por los que tuve que pasar para llegar hasta aquí. Cuando llegué al parque olímpico, me di cuenta que había impreso la hoja equivocada de la invitación y que no tenía el código de barras necesario para entrar al estadio. Esto se resolvió cuando le expliqué mi error al ayudante más cercano, y éste me ofreció un boleto nuevo. Así de simple. Ni siquiera tuve que darle mi nombre.

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Adentro del estadio, me di cuenta que tenía un asiento casi perfecto. Estaba casi frente a los palcos de prensa y para dignatarios, sentado justo debajo de la bandera olímpica. También pude echar un vistazo al tan mencionado “campo británico” de Danny Boyle, el cual parecía una mezcla entre el set de Teletubbies y la Comarca en El Señor de los Anillos, justo antes de que los bailarines y acróbatas comenzaran a correr por todo el lugar, desconcertados por los 80 mil asientos que repentinamente rodeaban su idílico pueblo.

Durante el primer acto, varios miembros del elenco comenzaron a salir cargando nubes. 

La mujer junto a mí estaba completamente impresionada. No estoy seguro por qué, dado que también había nubes de verdad en el cielo, las cuales me parecen mucho más interesantes. A estas ovejas aéreas pronto se unieron ovejas de verdad, así como patos, detrás de los cercos marcados sobre el escenario. Supongo que representaban la frontera con Gales.

Un animador subió al escenario, e intentó llevarnos al desenfreno pidiéndonos que aplaudiéramos y demás. En los asientos frente a nosotros había algo muy parecido a un matamoscas eléctrico, pero el animador se refirió a ellos como “bastones de luz”. El efecto combinado fue algo muy similar a los mosaicos de cartas en los juegos de las masas en Corea del Norte, pero sin la precisión y el dinamismo que tienen personas aterradas porque saben que serán desaparecidas si la cagan.

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Los bastones tenían etiquetas que decían que habían sido fabricados en Bélgica. La parte en la que participaba el público involucraba pasar largos pedazos de tela sobre la cabeza de los espectadores, para crear la ilusión de un océano y para bloquear la vista de lo que sea que pagaste por ir a ver.

Sin embargo, éste era sólo un ensayo, y el estadio estaba a tres cuartas partes de su capacidad. Los asientos vacíos junto a mí hicieron que el océano de tela se atorara en los asientos. Batallé con un asistente para desenredar el material, y cuando finalmente lo logramos, varios de los bastones de luz estaban rotos. Modelados en Pyongyang, hechos en Bruselas, destrozados en Londres.

La cosa se puso más emocionante conforme el campo comenzó a modernizarse. Los trajes del elenco se volvieron más sucios, y el vapor y las chimeneas comenzaron a llenar el aire, mientras los pastos verdes abrían paso al escenario grisáceo de la época industrial, incitando imágenes de fábricas satánicas y niños esclavizados.

La transición entre escenarios no fue suficientemente rápida para disolver la incredulidad, sin embargo, la música y el número de personas eran suficiente para garantizar la atención del público. Para aquellos que lo vean por televisión, las televisoras seguro llenarán estos momentos con repeticiones mientras se preparan los nuevos escenarios. Conforme el ritmo se volvía más rápido, más rápido pasaban los años. Hubo referencias a los sufragistas, a la marcha de Jarrow, el Windrush, y otros momentos históricos, antes de que la era industrial alcanzara su clímax con la unión de los aros olímpicos; justo como ocurrió en la vida real… creo.

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A través del Gran Hospital de la calle Ormond, fuimos transportados a una tierra de fantasía y cuentos de hadas, con cientos de niños en camas de hospital y chaperones médicos. Fue hermoso.

Sin embargo, lo que le siguió fue simplemente ridículo. Mágico, quizá, para los menores de 13, pero ridículo aún así. Varios sitios en internet ya comenzaron a especular sobre ello, y la respuesta ha sido una de sorpresa y escepticismo.

Pero puedo confirmar que los rumores son ciertos. Un Lord Voldermort de 15 metros se enfrenta a 50 Mary Poppins. Llevo 24 horas intentando darle contexto a este duelo fílmico. Creo que el mundo no está listo para ver promocionales híbridos de esta magnitud. Supongo que lo descubriremos en algunas horas.

La batalla al menos marcó el tono para el resto de la ceremonia: collages de la cultura pop y frases célebres. Una casa de lienzos y una casa de ladrillos aparecieron en el escenario, una con una familia compuesta de múltiples razas (poco ético), y la otra proyectando lo mejor de los videos musicales británicos de la última década. Una combinación de Millie Small con Prodigy, y The Clash con Dizzee Rascal.

Para el cierre, nos recordaron que los británicos son capaces de hacer muchas cosas profundas, las cuales ya olvidé. Hubo muchas cosas que los organizadores mantuvieron en secreto; espero con ansias la participación de la Santísima Trinidad, esa que resume la masculinidad británica: Rowan Atkinson, Daniel Craig, y David Beckham. En resumen, fue un evento lleno de gloria, y dejando de lado una posible invasión alienígena o un atentado, seguro garantizará que los juegos empiecen de una forma brillante y divertida, aunque las subsecuentes semanas de competencia no sean igual de atractivas.

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La Guía VICE para las Olimpiadas