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Arquitectura glitcheada que nos descubre la belleza de los fallos

La pareja artística !Mediengruppe Bitnik explica cómo glitchearon un edificio.
Todas las imágenes cortesía de los artistas

En los últimos años hemos visto pocas obras que ofrezcan una combinación tan perfecta del mundo físico con la internet profunda como el Random Darknet Shopper de !Mediengruppe Bitnik.

La obra se basa en un elemento aleatorio: un algoritmo que compra cosas de la internet profunda (incluyendo éxtasis) y las lleva hasta un espacio de exposición. !Mediengruppe Bitnik ya nos demostró su gusto por las cosas arbitrarias con el paquete que enviaron a Julian Assange, que contenía una cámara oculta que documentó su impredecible trayecto hasta la embajada ecuatoriana.

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Para su último proyecto, titulado H3333333K, !Mediengruppe Bitnik —la pareja artística formada por Carmen Weisskopf y Domagoj Smoljo— introdujeron un nuevo elemento aleatorio: el glitch. El dúo aplicó un error de imagen digital directamente sobre la fachada del edificio de House of Electronic Arts Basel (HeK), que dejaba mal alineado un elemento de la fachada y, según dicen ellos: “creaba una alteración en la estructura”.

!Mediengruppe Bitnik querían descubrir qué es lo que pasa cuando un glitch digital migra a una estructura. Más concretamente, querían saber qué pasaría si cogían algo efímero, como un error de software, y lo aplicaban a una arquitectura física y permanente.

“Eso era exactamente lo que nos interesaba de nuestra investigación para esta obra”, añade. “Queríamos intervenir reflexionando sobre lo digital y su relación con lo físico”.

Weisskopf explica que H3333333K nació de su interés por los modelos 3D y los renders del edificio HeK. Ella y Smoljo sintieron curiosidad por los actuales renders arquitectónicos de alta calidad que, de forma involuntaria, dejan a los espectadores cuestionándose si la imagen que tienen delante es una fotografía real o una simulación digital. Según Weisskopf, la pista que nos da la respuesta está en ver si la gente parece “real.”

!Mediengruppe Bitnik querían reproducir ese “momento” en H3333333K. También tenían claro que querían trabajar con la propia arquitectura de HeK y con el software que está por detrás de la arquitectura, el modo en el que da forma a ciudades y edificios.

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Así que Weisskopf y Smoljo empezaron a alterar la arquitectura del edificio con errores digitales. La idea era, según dice Weisskopf, “aplicar algo fluido y no permanente, como un error de software, sobre algo físico y permanente, como la arquitectura. Un error de software hecho de ladrillos”.

Esta manipulación de la fuente de datos de la imagen nació de un proceso de prueba y error, que la pareja repitió hasta conseguir un error de imagen que resultaba estéticamente interesante y viable según las dimensiones arquitectónicas y estructurales del edificio.

La mayor dificultad estaba en que tenían que asegurarse de que el glitch no interfiriera con la funcionalidad del edificio. Así que tenían que pensar dónde pondrían el canalón después de eliminar el original y cortarlo en varias piezas, acabando con su funcionalidad. Para hacer esto, !Mediengruppe Bitnik trabajó con el arquitecto de Zúrich Reto Gsell

“Sin Reto no habríamos podido realizar la obra”, dice Weisskopf. “Él adaptó el edificio y el proceso arquitectónico para nosotros. Entendió inmediatamente la idea conceptual, y le pareció interesante también desde un punto de vista arquitectónico, además de pillar el humor de la obra”.

“Al observar la fachada desde la distancia, el glitch se ve como algo surrealista”, dice Weisskopf. “Produce una hiperrealidad, una irritación que te hace dudar si es real o no”.

Weisskopf explica que al jaquear sistemas familiares —en este caso, un edificio— y crear glitches intencionadamente, se pone en cuestión la noción de que la tecnología deba ser algo impecable, libre de errores e imperfecciones. Una vez se estropea la estructura, según dice, la gente puede empezar a cuestionarse los límites y a desarrollar nuevas voces o modos de expresión únicos.

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Para !Mediengruppe Bitnik, aplicar el glitch a HeK también supuso una mejor comprensión de las herramientas y estructuras que le rodean. “Al entender una herramienta lo suficientemente como para poder utilizarla de un modo diferente a aquel para el que fue originalmente concebida, también puedes entender la política que se incorpora en su diseño”, dice Weisskopf. Con el desarrollo de H3333333K, esperan que los visitantes a HeK hagan justamente eso cuando vean la fachada glitcheada.

“La habilidad que tiene el error para animar a los espectadores a comprender y reflexionar sobre las estructuras que les rodean se hizo aparente en la inauguración”, añade Weisskopf. “La gente observaba el edificio y se preguntaba cómo funcionaría desde el punto de vista estructural, cómo se canalizaría el agua de lluvia desde el tejado y esas cosas”.

“No tenemos por qué aceptar las superficies y dispositivos que tenemos a nuestro alcance”, reflexiona Weisskopf. “Los glitches también reaccionan sobre la exigencia de que todo debería funcionar de acuerdo con un plan y demuestran la belleza de los fallos”.

Aquí encontrarás más información sobre !Mediengruppe.

Traducción de Rosa Gregori.

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