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Hablamos con el artista que crea nubes dentro de catedrales

El artista holandés fotografía nubes artificiales para su proyecto "Nimbus".
Berndnaut Smilde, Nimbus NeueHouse, 2015. Foto: Object Studies. Cortesía del artista, galería Ronchini y NeueHouse

Las nubes tienen un fuerte significado para mucha gente. Desde el inicio del pensamiento se han visto como algo asociado a la fertilidad, suministro de agua, formas que se transforman sutilmente para el entretenimiento y obsesión sin fin de espectadores de cualquier parte del planeta, fuentes de inspiración divina que dejan filtrar la luz y dotan nuestro ambiente de una belleza única y pasajera.

El artista holandés Berndnaut Smilde es especialista en llevar esa belleza intangible a un espacio interior, hasta un punto donde podamos alcanzarla. Utilizando una combinación de niebla, humedad y control de temperatura calculada con precisión, Smilde crea esculturas efímeras que se hinchan y se autodestruyen en cuestión de segundos. Con esto, hace que la belleza pura y natural de las formas familiares de las nubes entren en contraste con el espacio artificial donde se encuentran antes de desaparecer de forma inevitable.

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Nimbus Minerva, 2012. Foto: Cassander Eeftinck Schattenkerk

Smilde ha estado acumulando nubes, conservándolas en alucinantes fotografías desde que empezó su serie Nimbus, que recoge las creaciones temporales de Smilde sobre los fondos estáticos de catedrales y galerías y otros refinados interiores y amplios espacios vacíos.

Con ocasión de la feria Frieze, Smilde llevó su sencilla magia a la NeueHouse de Nueva York, donde pudimos ver la obra del artista y charlar con él sobre sus fugaces creaciones.

Nimbus d'Aspremont, 2012. Foto: Cassander Eeftinck Schattenkerk

The Creators Project: ¿Cualquier espacio es válido para crear una nube en su interior o hay una serie de restricciones de tamaño o de otro tipo?

Berndnaut Smilde: Sí que hay restricciones en el tamaño, no puede ser demasiado pequeño ni demasiado grande, porque hay un límite en la cantidad de humo que se puede producir y luego tienes que conseguir que se mantenga compacto de algún modo. Sin embargo, también se puede controlar el espacio en gran medida con la humedad y la temperatura. A veces, resulta muy difícil cuando hace mucho calor en el exterior, lo que es curioso porque significa que el ambiente del exterior también acaba interfiriendo con al espacio.

¿Qué haces con el espacio para prepararlo? 

Básicamente se basa en el uso de agua. Humedezco el suelo y, en el lugar donde quiero colocar la nube, creo una pared con gotitas de agua que se quedan pegadas al humo y van cayendo de él. En realidad es un proceso muy simple y básico.

El artista humedece el espacio de NeueHouse. Foto de la autora

¿Cuánto tiempo necesitas para crear una nube?

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El proceso es bastante rápido aunque repetitivo. Tengo que hacer varias pruebas para encontrar la nube ideal. A veces, tras unas cuantas horas pienso “Esta es la buena, pero quizás la siguiente…” Puedo controlar su tamaño y su forma un poco, pero cada vez son diferentes, puesto que no puedo controlar el modo en que la luz se refleja sobre ellas, ni cómo van creciendo. En ocasiones hay aire acondicionado y eso también afecta, todo depende de cómo sea el ambiente en cada espacio.

¿Cuáles son las condiciones ideales y los espacios que mejor funcionan?

Lo mejor es que sea un lugar completamente silencioso, sin gente o aire que se mueva. Eso sería perfecto.

¿Has conseguido las mejores nubes estando solo?

Sí. También en esas ocasiones tengo el tiempo para prepararme mejor y controlar las luces del espacio.

Imagen cortesía de NeueHouse

¿Cómo controlas el tamaño y la forma?

Eso se lo dejo a las máquinas, las puedo ajustar a diferentes niveles. En este caso estoy utilizando dos máquina, una encima de la otra, para conseguir más densidad.

¿Cuántas nubes has hecho? ¿Llevas la cuenta?

¿Ahora? ¿Quieres decir hoy mismo?

En total, hasta ahora.

Bueno, solo hoy haremos unas cien nubes y seleccionaremos solo una de entre ellas. Hasta ahora, he hecho unas 20 diferentes en 20 localizaciones diferentes.

Si contamos unas cien para cada una de ellas, ¿sería cerca de 2000 nubes?

Sí, probablemente.

Berndnaut Smilde, Nimbus NeueHouse, 2015. Foto: Object Studies. Cortesía del artista, Ronchini Gallery y NeueHouse

En sus inicios, el proyecto trataba sobre la decepción, era como una especie de símbolo de la tristeza.

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Sí, me gustaba esa idea, la idea de la decepción, como cuando entras en la sala de un museo y no hay nada, solo una nube que podría ponerse a llover sobre ti. Empecé a trabajar con esa idea y funcionó bastante bien, y luego llegué hasta los otros aspectos —la fugacidad, el romanticismo— y fui moviéndome en otra dirección.

Berndnaut Smilde, Nimbus NeueHouse, 2015. Photo: Object Studies. Courtesy of The Artist, Ronchini Gallery and NeueHouse

¿Hacia dónde va ahora? ¿Se está separando de la idea de decepción y acercándose más hacia el arte de crear nubes individuales?

Sí, y trata también sobre la materialidad de una escultura que puede construirse y desaparecer en el mismo momento, y también sobre la idea de que la gente se ha inspirado en las nubes durante siglos, pero también ahora, y lo que eso significa. Al trabajar con diferentes culturas encuentras los diferentes aspectos. Cuando hice una exposición en China, me fijé en cómo habían utilizado allí las nubes durante siglos y vi que en ilustraciones antiguas se utilizaban como una especie de perspectiva para crear profundidad, mientras que en otras culturas se usan más como algo divino. Me gustan todos esos significados diferentes que tienen.

Una nube es algo muy universal.

Sí, y llevan mucho tiempo entre nosotros. Me gusta eso y el hecho de que todavía no podamos controlar completamente ese aspecto de la naturaleza. Bueno, casi podemos.

Foto de la autora

Berndnaut Smilde - Nimbus de NeueHouse en Vimeo.

Aquí encontrarás más información sobre Berndnaut Smilde.

Traducción de Rosa Gregori.

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