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Javier Marín: Esculpiendo el futuro artístico de una nación en llamas

Javier Marín es uno de los escultores más prodigiosos de México, ha expuesto su obra en diferentes países de todo el globo y gracias a su talento, se ha logrado ganar un lugar en el exigente corazón estético de la nación.
 Javier Marín. Cabeza de mujer I, II, III (2v), 2015. Resina de poliéster con amaranto. 150x103x86 cm. Foto: ©Armando Canto/Archivo Javier Marín

Javier Marín es uno de los escultores más prodigiosos de México, ha expuesto su obra en diferentes países de todo el globo y gracias a su talento, se ha logrado ganar un lugar en el exigente corazón estético de la nación. Sus antecedentes artísticos comienzan con la profesión de su padre: un arquitecto que también era pintor. “Soy un arquitecto frustrado,” bromeó Javier sobre su infancia entre maquetas, mientras conversábamos frente a sus gigantescas esculturas.

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Hace algunos días platicamos con Javier Marín quien preparó una serie especial para Buchanan's, en colaboración con su fundación, celebrando sus 30 años de trayectoria como escultor. Nos contó de su travesía como artista, sus inspiraciones, orígenes, imitadores y proyectos.

Javier Marín. Cabeza vainilla, córdoba y Chiapas, 2008. Bronce a la cera perdida. Foto:   ©Pierre Fudarylí/Archivo Javier Marín

¿Cuál es tu primer recuerdo relacionado con la escultura?

Si me voy a lo más remoto, en el patio de mi casa había una cabecita Olmeca que mi padre había encontrado en alguna excavación. Era una cabeza redonda, como si fuera una sandia de piedra volcánica que andaba rodando por toda mi casa. La tengo muy presente.

¿Cómo le das forma a tus ideas a la hora de esculpir?

La mayoría de las veces no tienes idea de que hacer porque vas a generar una forma que no existe, es nueva y es un desafío. Todo se vuelve más emocionante cuando empiezas a necesitar de cálculos para modelar una pieza de siete metros. Creo que es un desafío que me mantiene haciendo lo que hago.

¿Dónde te gustaría tener una escultura?

Una linea en la luna, aunque no tendría sentido.

¿Qué buscas reflejar con las esculturas de piñatas?

Busca reflejar lo efímero de nuestra existencia, es una piñata pero podría ser un humano. Te creas, existes, hay toda una técnica, y en el caso de las piñatas, están destinadas al sacrificio ritual. Y nosotros estamos destinados a ser como esas piñatitas.

Javier Marín. Mujer blanca I, II y III, 2000. Barros de Zacatecas y Oaxaca con engobes.  Foto: ©Bernardo Arcos/ Archivo Javier Marín       

¿Cambia tu percepción el proceso molde-pieza final?

En realidad no, pero siempre me ha dolido destruir los modelos en plastilina. Creo que me gustaría exponer esas piezas, aunque sería complicado por el material, tendríamos que pensar en un lugar con refrigeración para mantener su forma y que no se lastimen.

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Muchos podrían decir que no están terminadas, pero en ese caso yo estaría decidiendo que ya están. El valor está donde yo se lo quiera poner.

Javier Marín. Mujer, 2015. Madera. 550x1000x80 cm.  ©Héctor Velasco/Archivo Javier Marín

¿Alumnos, discípulos o solo imitadores?

Muchos imitadores. Hay unos que hacen unos plagios horribles, hay un “artista” llamado Omar XXX que se dedica a plagiar mi trabajo de manera sistemática. Toma los catálogos, los copia lo mejor que puede, va con mis proveedores y lo firma con su nombre.

No sé si es un homenaje o solo un interés económico.

¿Qué opinas de los Readymades?

Me fascinan, soy fan, me encantan. Qué maravilla poder llegar a tener esa lucidez de mente para poder encontrar arte en una caja de zapatos. Es bien interesante conocer porqué un artista considera que una cáscara de plátano es una pieza de arte.

 Javier Marín. Chalchihuite I y II, 2007. Resina de poliéster y fierro. 500x500x140  Foto: ©Héctor Velasco/Archivo Javier Marín

¿Cómo ves la escena de arte en México?

Bien, hay muchísimas oportunidades, está lleno. Es un lugar muy fértil, vivo y en constante movimiento. Es un lugar lleno de materiales para el artista y hay generaciones que nacen con mucha iniciativa.

Cuando yo empecé era más difícil, darte a conocer era complicádismo, ahora subes tus fotos a internet y se van. El internet es una gran herramienta. No entiendo cuando algunos dicen que no hay oportunidades, nadie va a llegar a tocar tu puerta ofreciéndote oportunidades, ni en el arte ni en nada. Las oportunidades las buscas y las creas tú. Nos están mal acostumbrando las becas y los apoyos gubernamentales, esos apoyos te cuartean la posibilidad de encontrar nuevas posibilidades y caminos.

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¿Cuéntanos de tu fundación?

Los artistas somos creativos, intuitivos y sensibles, pero el camino a consolidarse como artista es difícil y es lo que atendemos en la fundación con un programa llamado ‘Encuentros.’ La idea es darle herramientas al artista que se encuentra en ese proceso escuela-mundo laboral para que a partir de él mismo pueda trazar su ruta profesional.

Conoce más de Javier Marín en su sitio.

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