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Los 5 mejores proyectos de la XVII Bienal de Fotografía en México

Una selección de los fotógrafos más propositivos de la Bienal.

Todas las fotografías y fotoreproducciones por Hanna Quevedo. 

Esta vez nos acercamos a la XVII Bienal de Fotografía presentada en el Centro de La Imagen y que, desde su vuelta a escena en la década de los 90, ha sido de gran ayuda para dar cuerpo a una importante recolección de documentos visuales de nuestro país.

La bienal, que ocurre cada año, aúna a fotógrafos y artistas visuales de todo el país con el propósito de apoyar y motivar la producción fotográfica. La mayoría de los autores presentados son jóvenes, no obstante, también hay fotógrafos que ya presentan una larga carrera profesional. Como sea, la razón principal de este certamen es compartir con el público la escena contemporánea de la fotografía en nuestro país. El evento comenzó en el Salón Nacional de Artes Plásticas donde, en 1979, se le dedicó por primera vez en la historia un huequito a la fotografía, impulsándose así lo que sería ya, en 1980, la Bienal Nacional de Fotografía en al Auditorio Nacional. Cuando el Centro de la Imagen abre sus puertas en 1994, la Bienal se convirtió en una parte importante del programa de exposiciones del Centro.

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Podemos contemplar el trabajo de 49 artistas en esta XVII Bienal. Los trabajos se presentan en numerosas técnicas, desde lo analógico a lo digital, y cuestiones sociales afloran en los mensajes de muchos de ellos. Otros se centran en lo interior, experiencias propias, dolor personal, observaciones del mundo interior que les rodea sin tanto hincapié del mundo exterior que todos vemos. Muchos trabajos son destacables en esta Bienal, quizás por sus fotos, quizás por las ideas. En esta ocasión nos quedamos con el trabajo de cinco fotógrafos:

Diego Berruecos (Ciudad de México, 1979) colecciona imágenes de gasolineras cerradas de Pemex en México, “industria que ha forjado a la nación moderna con grietas de desgaste”. Las imágenes que pueden verse de este proyecto son un documento del pasado, pero al mismo tiempo una proyección del futuro.

Nahatan Navarro (Hermosillo, 1986) se centra en los encuentros que ocurren en bodegas abandonadas entre los indigentes o inmigrantes que las habitan. Retratos honestos que destacan por la comunión y confianza entre los retratados y el fotógrafo. Lugares oscuros iluminados por ojos brillantes, rostros que hablan por sí solos y un excelente gusto compositivo.

Bruno Bresani (Pernambuco, Brasil, 1973) denuncia a los desaparecidos en nuestro país, con la acción de incendiar 25 mil fuegos artificiales. En la exposición podemos ver una instalación con letras grandes al entrar “desaparecidos” y el video donde esas letras arden en medio del campo en honor y recuerdo a las víctimas.

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Juan Carlos Copel (Tucson, 1986) nos comparte unas maravillosas fotos presentadas en gran formato, impresiones mates, de una calidad insuperable. El tema: la quema de neumáticos que los agricultores del Norte de México realizan para elevar la temperatura ambiente y así poder proteger los cultivos de las heladas durante el invierno. Por supuesto, estas fotos nos presentan una problemática medioambiental que aborda esta práctica realizada, más concretamente, en el estado de Sonora.

Yael Martínez (Taxco, 1984) nos aproxima a Guerrero con sus fotografías, y nos pasea de la mano por uno de los estados más pobres y violentos del país. Desde 2013 ha documentado la vida cotidiana tanto de su familia, donde hay miembros desaparecidos, como de otras donde también tienen familiares “perdidos”. La pobreza y la marginación se presentan de manera sutil pero dura a la vez en las imágenes de este fotógrafo que nos llevan de las luces a las sombras mediante indicios de carácter social y cultural.

Concoe más en el sitio del Centro de la Imagen.

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