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Una escultura que refleja el legado que México dejó en EUA

Conoce a Daniel Ruanova, autor de The Bracero Art Project, la escultura mecánica que refleja el legado que dejó México en EUA.
Imágenes cortesía del artista

No toma más que un vistazo a tu timeline para darte cuenta del clima de hostilidad hacia los migrantes por parte de Estados Unidos. Incluso antes de que Donald Trump hiciera sus incendiaras afirmaciones en contra de los mexicanos y su imaginaria propuesta de construir un enorme muro fronterizo, el sentimiento ya resonaba.

EUA invierte billones de dólares en la frontera cada año, desde drones hasta tecnología de vigilancia. Esta exacerbación en las relaciones EUA-México hace casi imposible imaginar aquellos tiempos en los que la frontera era un lugar mucho más fluido, donde los migrantes mexicanos jugaban un rol más activo en la economía Americana—al menos oficial. Ese periodo si existió y es precisamente lo que The Bracero Art Project, trata de revelar.

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The Bracero Art Project es un trabajo multidisciplinario en marcha, que busca rendirle un homenaje a los braceros que pelearon con tantas dificultades, los agricultores mexicanos que laboraron en la frontera con EU en el programa bracero. El programa consistía en un acuerdo entre los gobiernos mexicano y estadounidense en 1941, que permitía a los mexicanos trabajar legalmente en EUA bajo un contrato temporal.

Hay un precedente histórico sobre la chiviza expiatoria de los grupos étnicos, tan grande que se fundamento en el racismo y la xenofobia. El aún presente rechazo en contra de los hispanos, particularmente migrantes mexicanos, y su presunta usurpación de la fuerza laboral, enraizada en un desentendimiento fundamental de la negligencia histórica.

Creada por el artista visual de Tijuana Daniel Ruanova, el proyecto comenzó con la construcción de una escultura mecánica construida al rededor de un cortito, un artefacto pasado de moda que servía como herramienta primaria para el bracero. El adormecedor trabajo conducido por el cortito, terminó por ser ilegal en muchos estados. Ruanova lo revive con el propósito de mostrarlo como una herramienta y un símbolo del empoderamiento bracero, así como su legado.

Como el artista afirma en su sitio: “Aunque el cortito causó una gran cantidad de daño a los cuerpos de hombres y mujeres, fue también la herramienta que los ayudó a trepar la escalera social, que la tierra de oportunidades creó para su gente trabajadora.”

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Esta idea de empoderamiento, socava las narrativas chicanas que rondan al trabajador migrante. Después de todo fue César Chávez el bastión del movimiento chicano y co-fundador de la United Farm Workers, quien se opuso al programa bracero, alegando la explotación del migrante, mientras anulaba muchos de los logros de la huelga de trabajadores sindicalizados. Para Ruanova era obligatorio reescribir la historia del bracero para dar a conocer la gran verdad—es decir que los braceros pertenecen a, desde su punto de vista, la mejor generación de mexicanos-americanos de la historia de la nación.

Como le artista dijo a The Creators Project, “Nos han dicho que la mejor generación de americanos son los que lucharon en la segunda guerra mundial. Fueron quienes forjaron EU. Pero los braceros fueron los americanos que alimentaron a estos hombres. Manejaban las máquinas y atendían las fábricas mientras los soldados peleaban. Ese hecho fue opacado por la huelga de los trabajadores, convirtiendo a los braceros en un adjetivo peyorativo.”

La instalación por si sola se enfoca en el labor, no como una acción retórica sino como una acción física. Cuando se activa, la máquina replica exactamente el movimiento del cortito en uso, especialmente el proceso de arado, hecho en repetidas ocasiones por los braceros. Es como si la pieza conjurara los cuerpos de los trabajadores, evocando la palpable humanidad. Es irónico que un efecto tan humanizante se asuma como algo mecánico. Este hecho habla también de un sub-tema laboral, es decir la falta de adecuación a los símbolos que representan a la población Mexicana-Americana.

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Los símbolos son, después de todo, cosas inhumanas, abstracciones que sirven como recipientes para las proyecciones de la gente. Para Ruanova, es la busca de nuevos símbolos que se recargan en el núcleo de The Bracero Art Project, unos que forjen la identidad Mexicana-Americana y que se reflejen no como víctimas o explotados, sino como actores activos de la historia americana. Ruanova afirma que “Es la falta de símbolos históricos lo que ha frenado que los Mexicanos-Americanos se asuman como verdaderos americanos. Cuando eres privado de los símbolos, estás privado del sentido de pertenencia y de cualquier noción histórica del suelo que pisas.”

Finalmente, The Bracero Art Project busca presentar la verdad fundamental, es decir que los Mexicanos o Mexicanos-Americanos no deben ser temidos o excluidos, sino que se deben ver como una presencia histórica que ayudó a forjar esa nación. Es una narrativa familiar, pero que no se puede repetir lo suficiente.

The Bracero Art Project es una pieza en marcha que continuará creciendo y expandiéndose con futura investigación. La estructura estará expuesta en Bracero Cocina in San Diego, California.

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