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La pura puntita

Especial FIL de La Pura Puntita: Mares de cocaína

"En la actualidad entre el 70 y 80 por ciento de las drogas que se consumen en todo el mundo se transportan vía marítima", afirma la periodista mexicana Ana Lilia Pérez en entrevista.

A lo largo de esta semana te recomendamos diez libros que no puedes dejar ir en esta Feria Internacional del Libro en Guadalajara. He aquí el segundo.

A propósito de la reciente publicación del libro Mares de cocaína. Las rutas náuticas del narcotráfico (2014, Grijalbo) hablé con su autora, la periodista y escritora mexicana Ana Lilia Pérez, quien también ha publicado libros como Camisas Azules, manos negras. El saqueo de Pemex desde Los Pinos (2011, Grijalbo) y El Cártel Negro. Cómo el crimen organizado se ha apoderado de Pemex (2011, Grijalbo). Ana Lilia también ha publicado reportajes y artículos en diferentes medios como La Jornada, El Financiero, Cambio y Variopinto además de haber recibido premios nacionales e internacionales de periodismo a lo largo de su carrera.

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En esta entrega, Ana Lilia Pérez narra cómo la corrupción y la complicidad del narcotráfico ha corrumpido los mares. Esta profunda investigación permeada por datos invaluables, sin duda, deja al descubierto los andamios reales por los que opera el tráfico de drogas a nivel internacional y me dejó también dudas que intenté resolver vía telefónica.

VICE: A pesar de que existen innumerables investigaciones acerca de los mecanismos del narcotráfico alrededor del mundo, ¿consideras que aún existen claroscuros al respecto?
Ana Lilia Pérez: Como tú señalas, en los últimos años hemos tenido información muy basta de la operación del narcotráfico, sin embargo, a pesar de esto, nunca se había hablado de la ruta marítima que emplean las mafias y sobre todo de las asociaciones criminales a nivel internacional. En este sentido, el libro Mares de cocaína, es un libro que por primera vez revela las rutas marítimas que emplean los traficantes para trasladar sus drogas por todo el planeta. El asunto es de tal interés y debía ser de tal preocupación porque en la actualidad entre el 70 y 80 por ciento de las drogas que se consumen en todo el mundo se transportan vía marítima. Todo lo que nosotros hemos tenido de conocimiento de transporte de droga por tierra representa unicamente el mínimo de todo el tráfico a nivel internacional y nunca se había hablado del tema, no hay ninguna investigación que documentara lo que está plateando Mares de cocaína porque nadie antes había logrado infiltrarse en el ámbito marítimo y escrutar la manera en la que se maneja este mundo que en realidad tiene sus propias reglas, sus propios códigos. Descubrir de pronto, alianzas criminales impresionantes, mafias que en tierra se presentan como grupos antagónicos, por ejemplo, en México; el cártel de los Zetas o el cártel del Golfo que libran disputas a muerte y sin embargo, en el ámbito marítimo pueden estar transfiriendo grandes cargamentos de manera asociada. La dinámica que tienen las mafias para sus operaciones vía marítica es totalmente distinta a lo que conocemos de lo que ocurre en tierra.

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El tema del narco en el periodismo siempre lleva su carga de riesgos y peligros, sabemos de muchos casos de periodistas que han muerto, desaparecido; que han sido amenazados por grupos delictivos. ¿Cuál fue el mayor riesgo con el que te enfrentaste a la hora de escribir este libro?
Quisiera plantear que además de los riesgos que tú estás comentando, mi caso es el de una periodista que previamente a este libro, hice el reportaje sobre el crimen organizado y que me llevó a un nivel de riesgo extremo y que incluso me llevó a salir de México y estar bajo un programa de Escritores en Exilio, el programa de la Organización Mundial de Escritores (PEN) y de otros organismos europeos.

Durante mi exilio, yo continué con esta investigación que es un trabajo de varios años, el mayor riesgo cuando trabajas este tipo de temas lo enfrentas también al investigar el crímen organizado no sólo desde la óptica de investigar a los practicantes de drogas de a pie, sino cuando investigas al crímen organizado a nivel corporativo, como lo hice en mi libro El cártel negro o como ahora lo hago en Mares de cocaína. Estoy indagando las estructuras de empresas, de gobiernos, de socios, que utilizan la mafia para traficar drogas a gran escala. Eso es de un riesgo mucho más amplio porque no sabes a lo que te estás enfrentando. Cuando trabajas durante mucho tiempo estos temas, vas aprendiendo a tomar precauciones. El trabajo periodístico siempre va a implicar riesgos y lo sabemos muy bien los periodistas mexicanos porque México sigue siendo el país más peligroso para ejercer el periodismo. Los periodistas que hemos decidido continual en el ejercicio de nuestra profesión vivimos siempre al filo de la navaja.

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Cuando indagas en el crímen organizado, lo haces a nivel internacional, y estás investigando a delincuentes de cuello blanco, el mayor riesgo es que no sabes frente a qué estás. Hay investigaciones que parten de un tema o una estructura, pero la investigación te va llevando por sitios donde no imaginaste que podías penetrar. En el caso este libro tuve fuentes de información con las que durante mucho tiempo estuvimos trabajando este tema. Es un trabajo muy cuidadoso y muy elaborado.

Siempre están los retos, yo decidí seguir mi camino como periodista y escritora, no sé en que pueda derivar este tema pero tengo la satisfacción que mis anteriores investigaciones publicadas en tenido un efecto positivo. Cito por ejemplo el caso de mi libro Camisas azules, manos negras, donde por primera vez hablé del fraude de la empresa Oceanografía que se convirtió en un escándalo internacional y que ahora mismo tiene al dueño de ese importante naviera en la cárcel.

Mencionas que a partir de la publicación de tu libro Elcártel negro, has tenido que salir del país por diversas amenazas y vivir en el exilio. Una de las características de la guerras siempre es el exilio, le pasó a Alfonso Reyes durante la Revolución Mexicana y al poeta español Luis Cernuda durante la Guerra Civil. Al respecto, nuestro tiempo tampoco se salva, puesto que ha sido marcado por la famosa Guerra contra el Narco. ¿Qué es lo que te ha arrebatado?
Mucho, me ha cambiado la vida. Antes de este exilio yo viví un proceso muy complicado en el que prácticamente mi vida personal quedó liquidada porque antes de esto yo tuve que estar en México con guardaespaldas armados y tomar una dinámica de seguridad en la que prácticamente mi vida personal se acabó. El que tengas que estar con protección de esa manera tiene un efecto de mucho impacto para uno.

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El tener que recurrir a este exilio creo que ahora mismo no podría definir lo que provocó en mí, pero sin duda te quita el tiempo en tu país, te aleja, el exilio es muy doloroso. Yo pude estar en este programa de Escritores del Exilio, la mayoría de ellos escritores árabes que salieron de sus países bajo amenazas de muerte, por la intolerancia de los gobiernos.

Un caso particular es el de uno de ellos que escapó de una prisión donde además fue torturado. Éramos cinco escritores de distintas regiones del mundo que vivíamos bajo este programa de protección, yo soy la única mexicana a quien en el PEN Internacional ha tenido en este Programa de Escritores en Exilio. Yo leía los libros de Orhan Pamuk, este escritor fue también uno de los que tuvo este programa de PEN y él narra a través de sus personajes, de este exilio.

A pesar de todo esto que yo he estado narrando creo que he sido afortunada, porque ha habido muchos colegas que enfrentaron riesgos así y no viven para contarlo. Yo puedo hablar y contarte mi experiencia.

Al leer tu libro, es casi imposible no pensar en el concepto de aldea global propuesto por Marshall McLuhan en el que las naciones son interdependientes entre sí, el trabajo que nos presentas nos hace sentir habitantes en un mundo en el que —gracias al narco— desaparecieron las fronteras y las nacionalidades, bajo esta premisa ¿podrías decir que lo que actualmente gobierna al mundo es el narco?
Así es. Lo has planteado perfectamente. Yo reflexionaba al elaborar este libro que si uno ve las cartas de navegación que utilizan los traficantes y vemos el surco de la cocaína, tenemos claro que para ellos el mundo es mucho más pequeño que para el resto de nosotros y vemos cómo la violencia asociada al crimen organizado que hoy vive el país es una responsabilidad que va más allá de las fronteras. Algo que a mí me parece prioritario es que los gobiernos de los países consumidores, es decir, aquellos países en los que la mafia mexicana tiene su mercado, asuman su responsabilidad de lo que hoy vive México.

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El crimen ha logrado esa conexión a nivel internacional y se explica con algo tan abrupto como el hecho de que para los traficantes no existen ni barreras de idioma, ni fronteras físicas. Esto es más evidente en el ámbito marítimo. Lo vemos cuando regiones como Gran Bretaña, Estados Unidos o países de la Unión Europea imponen visas para los extranjeros, sin embargo para los traficantes no existen las visas, pueden librar facilmente las aduanas. Es decir, el crímen organizado logró globalizar los negocios; la industria del siglo XXI.

Y ¿hasta dónde crees que ha llegado esta mimetización entre los países involucrados en este tráfico?
Hay una interrelación actualmente entre gran parte del orbe por este fluyo de las drogas, esto lo vería como parte de los negocios globales que hoy están haciendo las mafias, no hay barreras para éstas. Lo que lleva a la conclusión de que finalmente en este mundo los que gobiernan lo hacen con el dinero negro. Un ejemplo de esto es el caso evidente de los grandes bancos europeos, los corporativos financieros en el corazón de Estados Unidos o de Londres lavando dinero de las mafias mexicanas.

Para ese dinero negro tampoco existen barreras de nacionalidad o de origen de esas fortunas. Por ejemplo, el Banco Wachovia, que reconoce lavar dinero del cártel de Sinaloa y prefieren pagar multas por seguir lavando ese dinero. El dinero negro no tiene fronteras tampoco.

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En Mares de cocaína, mencionas las diferentes maneras que el narco ha tenido para transportar la droga de país a país, ya sean los burreros o los culeros y dices que "el ingenio no conoce límites". ¿Cuál es la mula, que más te ha sorprendido?
Dentro de este ámbito, una mula se define como una persona que carga droga dentro de su cuerpo y al respecto algo que no sólo me sorprendió sino que también me dolió y me indignó, fue el caso de un padre colombiano que le dio a tragar a su hija de diez años cápsulas rellenas de cocaína, ese es el rostro del narcotráfico también. Por otra parte, los culeros son los que viajan con la cocaína en el ano y que después se la extraen manualmente, yo hago un símil entre las embarcaciones, las cuales son mulas de acero y fibra de vidrio a gran escala.

Los traficantes no tienen barreras en cuanto al ingenio, al respecto, uno de los casos que me llegaron a parecer ilógicos era el de enviar la cocaína mezclada con chile piquín a granel, era una locura, después supe que se separaba mediante un proceso químico y que la razón es que las autoridades son más reticentes a revisar cargamentos que cargan la coca a granel.

Me sorprendió también saber cómo los traficantes elaboran frutas de fibra de vidrio que son exactamente iguales a una fruta real y que están pintadas una por una a mano para luego ser rellenadas con coca. Incluso, en los supermercados alemanes han llegado cargamentos de cocaína que son descubiertos cuando abren las cajas de plátano sudamericano.

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Las mulas, si hablamos de una persona que esconde droga dentro de su cuerpo, siempre se va a exponer. No hay dinero que valga para transportar droga y exponer tu vida. Cuando alguien acepta cargar una cápsula de cocaína en su cuerpo debe saber que esa cápsula puede explotar y matarlo. Y lo que es peor, la mafia frecuentemente recluta gente para usarlo de carne de cañón, delatan a las mulas para que la atención de las autoridades esté puesta en esas mulas y las mafias pasen los grandes cargamentos.

Cuando hablamos de este tema debemos hablar de todas las implicaciones que conlleva, como es la degradación de la sociedad misma, de muchos pueblos que acaban tocados con el narco, lo que ocurre por ejemplo en costas africanas.

Tu libro traza una línea del tiempo de la mafia marítima, ¿cómo describirías este proceso y, principalmente qué fue lo que detonó todo?
El abordaje que se le da al libro y el narrarlo desde los orígenes; hablar desde los tiempos de los primeros navegantes europeos cuando en sus viajes a América del uso de la hoja de coca entre los nativos, y después hablo de las relaciones entre los cárteles colombianos.

Tenía que hablar de esos orígenes, porque sólo así se explica esas relaciones que no surgen por generación expontánea.

En estos tiempos en los que todo el mundo dice que "no hay nada nuevo bajo el sol", el verdadero descubrimiento de las ideas vendrá en encontrar la variación en la continua repetición de las cosas. Dicho de otro modo, darle la vuelta a los mitos y al lugar común de las cosas ¿crees que lo lograste? ¿y por qué?
Es un libro revelador, no existe una publicación que logre tocar lo que ahí está trazado que son precisamente estas rutas del narcotráfico y estas asociaciones. Dicen que "no hay nada nuevo bajo el sol", pero yo creo que en el periodismo lo novedoso está en la óptica que se le da las cosas. Siempre hay cosas ocultas y ese es el trabajo que debemos hacer los periodistas, sobre todos los que hacemos periodismo de investigación.

Sí, creo que lo logré, fue un gran reto pero se está ofreciendo al lector un trabajo inédito que de muchas maneras puede resultar revelador.

Si la situación actual del país fuera una novela ¿cuál sería?
¡Qué pregunta tan difícil! En México hemos visto muchas cosas que parecen de novela, nos hemos encontrado con que la realidad siempre supera a la ficción, no podría decirte qué novela sería ésta, pero yo planteado en mi libro que si ahora mismo Conrad, o todos estos autores que hablan de tramas detectivescas como la de Sherlock Holmes, encontrarían en la mafia una fuente inagotable de historias, que son historias reales.

En tu libro mencionas que el control del tráfico de la droga se maneja bajo el régimen de "A rey muerto, rey puesto". ¿A quién coronaría Ana Lilia Pérez como el Rey más poderoso de todos los tiempos?
De manera incorrecta se han creado muchos de los mitos que se han tejido alrededor del narcotráfico y se ha glorificado a traficantes. Sin embargo yo creo que el crimen organizado va mucho más allá de una sola persona y debe verse desde la óptica de los verdaderos operadores que mueven los hilos de la mafia. Durante mucho tiempo se habló de Joaquín Guzmán Loera, que para mí es el capo más poderoso de todos los tiempos. El ámbito mafioso, la mayoría de los traficantes quieren hacer su propio mito, así como les gusta hacerse sus corridos, sus películas o de una historia que resulte atractivas. Gustan de llamarse a si mismos el "Rey" o el "Emperador" de la mafia.

Sería muy limitada mi visión al decir éste o aquél, lo que sí es cierto que las mafias mexicanas han sido muy ingeniosas al operar desde distintos cerebros de manera organizada, su gran acierto dentro de este negocio es su organización como corporativos empresariales y ha sido tan efectivo este tipo de organización que ahora mismo las mafias mexicanas como el cártel de Sinaloa y el cártel de los Zetas, se han identificado como los principales operadores en el transporte de droga.

En el Salón de la Fama del narco que puede parecer este recorrido que plantea Mares de cocaína, los capos mexicanos ocupan un lugar privilegiado, no así en los rankings mundiales de educación y salud. ¿A qué crees que se deba este genuino talento?
Se debe a que en la idiosincrasia de los mexicanos predomina la corrupción, la criminalidad y el gusto por el dinero fácil y esto es favorecido desde el propio gobierno puesto que ha tolerado los altisimos niveles de corrupción que hoy enfrenta México. En nuestro país es más rentable una vida criminal. Muchos jóvenes ya no piensan en un futuro y en una carrera, sino en enrolarse en una mafia o ser un pequeño capo. Ha quedado demostrado que nuestro gobierno no está a la altura de lo que necesita el país.

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