Adentrarse en el mundo del pintor brasileño Joao Ruas supone liberarse de complejos y temores para darle cabida a lo desconocido. Bestias, fantasías, misticismos y más se presentan en una restringida paleta de colores que enfoca su atención en la sombra más que en la luz, y en la ausencia en lugar de la presencia.Como si fueran contemporizaciones de energías perdidas hace muchos siglos, los acrílicos –seguido en madera- de Ruas presentan al espectador con un rango de pasiones que están a punto de reventar. Indómitas e insufribles, las atracciones gravitacionales que generan sus pinturas obligan a la mirada del espectador a realmente salir de sus limitaciones inmediatas y cambiar la perspectiva de sujeto a objeto y verse a uno mismo como lo que está siendo observado.Joao Ruas, oriundo de Sao Paulo, Brasil, propone una variedad interminable de temáticas y sujetos. En unos casos pareciera que hay una fuerte influencia de la estética de la cultura oriental, pero en cuanto a iconografía y simbolismo indudablemente remite a facciones culturales propias de occidente.Separándose de un contexto o tiempo, lo más curioso de su obra es que se presenta íntimamente como un ejercicio universal que solamente puede ser entendido como personal.Puedes ver más obras abajo:Si quieres ver más obras de Ruas, visita su sitio.Relacionados:Vibrantes colores protestan en contra del abuso de poder9 Impresionantes laberintos alrededor del mundoLa asimilación posmoderna de la cultura y mitología japonesa es ilustrada por Ozabu
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