Todas las imágenes cortesía de la artistaJessica Richmond crea con cartón clones de sí misma a tamaño real para contarnos la historia de su hermana gemela, Connie, que en realidad nunca existió. El deseo de esta fotógrafa de Nueva York de recrearse a sí misma viene de una infancia llena de historias salvajes que le contaba su familia: "Lo que empezó como un inocente cuento antes de ir a dormir acabó convirtiéndose en algo que llegó a confundirme realmente de pequeña y que mi familia continuó extendiendo a medida que me fui haciendo mayor", dice Richmond a The Creators Project. Esas historias que le contaba su familia eran cosas como que tenía una hermana gemela o que le había alcanzado un rayo de pequeña.Richmond se aprovecha de que “no podemos ver más allá del marco” y crea un movimiento visual que hace que los espectadores se cuestionen su propio sentido de la percepción. Para conseguir la mentira perfecta, utiliza luces estroboscópicas de estudio excesivas y poco naturales para conseguir allanar las diferentes capas dentro del marco. También combina deliberadamente el espacio del estudio con el espacio doméstico. “Hay algo que suena familiar, pero al mismo tiempo las expectativas del espacio y la gravedad nos confunden”, explica. "Reduzco el espacio a los aspectos más simples: se pueden ver paredes, esquinas y suelos pero eso no es lo que define el espacio”.En cuanto a sus planes de futuro, Richmond dice que quiere continuar experimentando con estos prototipos de sí misma en las próximas décadas (ahora mismo tiene más de 20 réplicas de sí misma en su estudio). “En 20 años será interesante encontrarme con una copia de mi yo más joven. Es un método único y bastante freak de autodocumentación”, añade.Aquí encontrarás otras obras de Jessica Richmond.Traducción de Rosa GregoriArtículos relacionados:Esta artista japonesa utiliza el bodypainting para crear ilusiones ópticasEl fotógrafo Li Wei levita en su performance de debut en los EE. UU.El fotógrafo Erik Johansson transforma la realidad sin Photoshop
Publicidad