Afortunadamente el carnaval de películas veraniegas está preparando sus maletas llenas de destrucción sin sentido y montones de adolescentes que acaban de cumplir la mayoría de edad para irse de la ciudad por un año más. Ahora sólo nos queda el equivalente cinematográfico a lo que sería comer sobras tibias para la cena. Entre agosto y noviembre, al público cinéfilo se le entretiene con películas que, en el mejor de los casos, son irrelevantes para los estudios o, en el peor de los casos, de las que se avergüenzan.
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[Iain McGregor: Sólo a un pendejo amargado podría desagradarle la película]
[Dorine Walski: Saben, ni siquiera puse atención al autor de este texto, pero ahora que lo veo, me alegra no haberme tomado la molestia]La situación empeoró tanto que otro escritor de Village Voice sintió la necesidad de defender a Zacharek y denunció la agudeza homofóbica y sexista de un comentario en específico. “Sólo está enojada por que vive en un pueblo lleno de gays y nadie quiere su vieja y seca vagina”.Ignorando el hecho de que este usuario no conoce la vagina de Zacharek ni sabe con qué frecuencia tiene sexo, está por demás mencionar que ella fue víctima de sexismo. La gente recurre a los insultos racistas, a la homofobia y a las amenazas de violencia en internet en todo momento del día. No es ninguna excusa, pero sin duda es el efecto secundario inevitable por la evolución que ha experimentado la libertad de expresión en internet. El problema que subyace aquí es cómo una reseña objetiva de una película cuyo protagonista es un mapache parlante puede generar tanto rencor en un adulto.Cabe decir que los éxitos de ventas (desde La guerra de las galaxias en 1977 hasta el mercado que ahora domina Marvel) están hechos principalmente para los niños. Los niños compran juguetes. Los niños duermen entre sábanas con sus personajes favoritos impresos en ellas. Los niños ven las caricaturas que derivan de sus hermanas corporativas creadas en los estudios de cine. Con el tiempo, esos niños crecen con el mismo nivel de afecto hacia dicha película y siguen gastando dinero en relanzamientos, secuelas y demás mercancía.
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